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OTAN advierte que COVID-19 puede tener efectos geopolíticos significativos
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, afirmó que los efectos geopolíticos de la pandemia podrían ser significativos a largo plazo. Foto de Internet

La OTAN advirtió este miércoles, que la pandemia de COVID-19 puede tener “significativas” repercusiones geopolíticas a largo plazo, con riesgos para la seguridad de los aliados si algunas de sus industrias o infraestructuras críticas pasan a manos extranjeras durante la crisis económica.

“Consideramos las implicaciones a largo plazo de esta crisis sanitaria, para nuestras sociedades y el mundo. Los efectos geopolíticos de la pandemia podrían ser significativos”, afirmó el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, en una rueda de prensa virtual al término de una videoconferencia de los ministros aliados de Defensa para tratar la respuesta al COVID-19.

En la reunión se analizaron los esfuerzos de cooperación aliados contra el virus, pero por primera vez también sirvió para empezar a evaluar qué consecuencias a medio y largo plazo traerá la pandemia.

Es demasiado pronto para sacar las conclusiones finales, pero está claro que debemos reforzar más la resiliencia de nuestras sociedades, planificar mejor de cara a pandemias en el futuro, proteger nuestras industrias críticas y mejorar nuestra planificación de continuidad comercial”, explicó Stoltenberg.

En concreto, mencionó que “algunos podrían buscar utilizar la recesión económica como una oportunidad de invertir en nuestras industrias e infraestructuras críticas, lo que a su vez podría afectar a nuestra seguridad a largo plazo y nuestra capacidad para lidiar con la siguiente crisis, cuando llegara”.

Reforzar la resilencia de los aliados ante crisis

Así, los ministros acordaron varias recomendaciones para reforzar su resiliencia, a través de actualizar los existentes requisitos de referencia que la OTAN hace a sus miembros a nivel de preparación civil, “basándonos en las lecciones de esta crisis y trabajando aún más estrechamente con nuestros socios internacionales”, dijo.

En ese sentido, consideró “significativo” que hoy se unieran a la videoconferencia de los ministros el alto representante comunitario para la Política Exterior, Josep Borrell, y los titulares de Defensa de Finlandia y Suecia, países que no pertenecen a la Alianza, pero sí a la Unión Europea (UE).

Los requisitos de referencia que la OTAN ha ido desarrollando a lo largo del tiempo se centran en que los aliados mejoren su resiliencia en áreas como la sanidad, un escenario en el que se sufran bajas masivas, el transporte, las infraestructuras, las telecomunicaciones o la continuidad del gobierno, entre otras.

“Cuando los actualicemos, tendremos en cuenta las lecciones aprendidas de la crisis a la que nos enfrentamos ahora. Todos los aliados tienen deberes por hacer, por lo que hemos visto en esta crisis del COVID-19”, señaló Stoltenberg, que en cualquier caso recalcó que actualmente la prioridad es “salvar vidas y movilizar todo el apoyo que podamos”.

“El COVID-19 representa un desafío sin precedentes para nuestros países. Tiene un profundo impacto en nuestros pueblos y economías. Y está imponiendo impactos históricos en el sistema internacional, que podrían tener consecuencias a largo plazo”, afirmó Stoltenberg.

Más de 100 misiones de cooperación aliada contra el coronavirus

Hace dos semanas, los ministros aliados de Exteriores encargaron al comandante supremo de la OTAN para Europa (SACEUR), el general de la Fuerza Aérea estadounidense, Tod Daniel Wolters, coordinar el apoyo militar necesario para combatir la pandemia.

Así, los países de la Alianza han realizado más de 100 misiones para transportar personal y suministros médicos, así como capacidades para realizar tratamientos; han facilitado la construcción de 25 hospitales de campaña; han aumentado 25 mil camas para los pacientes de coronavirus, y han desplegado más de 4 mil efectivos de personal sanitario militar de apoyo.

Stoltenberg animó todavía a los aliados a poner más capacidades militares a disposición para que Wolters pueda coordinar más apoyos, ya que aunque todos los países de la OTAN se ven afectados por la pandemia “no lo están todos de la misma manera y al mismo tiempo”.

Mantener la tarea central de defensa y disuasión

En paralelo, el secretario general aliado aseguró que la OTAN continúa sus funciones de “disuasión y defensa” tradicionales porque “los retos a la seguridad no han disminuido con el COVID-19. Al contrario”.

La Alianza teme que potenciales adversarios traten de “explotar la situación en su propio interés”, como grupos terroristas o Rusia, según aludió Stoltenberg.

“Mientras continuamos tomando todas las medidas necesarias para proteger a nuestras Fuerzas Armadas, nuestra disposición operacional no se ve mermada” para responder ante “cualquier amenaza”, garantizó.

Citó el ejemplo de algunos efectivos afectados por coronavirus en la misión aliada en Afganistán que han sido repatriados, mientras que otros han sido puestos en cuarentena.

Otro punto que abordaron los ministros fue la lucha contra la desinformación procedente de actores estatales y no estatales y que vista “sembrar la división en la Alianza y en Europa” y “socavar nuestras democracias”.

“Estamos combatiendo estas falsas narrativas con hechos y acciones concretas”, comentó.

Con información de EFE