Greenpeace insiste en que más países se sumen al Tratado Global de los Océanos, que permitiría crear áreas protegidas en aguas internacionales
Los océanos cubren la mayor parte del planeta y esconden una gran biodiversidad, de la que muy poco se conoce, a confesión de científicos y ecologistas, quienes advierten que la sobrepesca, la contaminación por plásticos y el cambio climático, entre otros factores, ponen en riesgo los ecosistemas marinos.
En la mitad del océano Pacífico, rodeado de aguas cuya calma solo la rompe el juguetón nado de delfines, los estilizados saltos de mantarrayas o el cadencioso paso de ballenas, los científicos no paran de preguntarse sobre los misterios en la superficie y, especialmente, sobre los que ocultan las profundidades del mar.
“Hace muchos años, la gente pensaba que no había mucha vida, pero mientras más trabajamos en estas áreas, más obvio es que esto no es verdad. Cuando pones cámaras en el agua o bajas en un submarino, a cada rato encuentras algo nuevo”, dijo a EFE el científico británico Stuart Banks, de la Fundación Charles Darwin (FCD).
De hecho, muchas de las especies que se están encontrando “son nuevas para Galápagos, nuevas para Ecuador, son nuevas para la ciencia”, comentó Banks, quien en marzo pasado participó en una expedición científica en las Islas Galápagos a bordo del Arctic Sunrise”, uno de los barcos de la organización ecologista Greenpeace.
Banks recordó que en los últimos años registraron en la zona del archipiélago ecuatoriano nuevos hábitats con corales de aguas profundas, esponjas, bosques de algas marinas y fuentes hidrotermales en el fondo del mar, de los que emana agua a 300 grados de temperatura.
Puerta secreta a un sótano
“Uno de los grandes retos es caracterizar la biodiversidad que tenemos en alta mar”, dijo al recordar que hace unos 25 años, cuando se declaraba la Reserva Marina de Galápagos, había muy poca información, incluso de la costa, pero ahora hay un mejor registro de datos, y se siguen buscando áreas que tienen biodiversidad imposible de ser reemplazada.
Aunque calificó de “complicado” cifrar cuánto se conoce de la biodiversidad de alta mar, “porque cada vez que bajamos un robot, encontramos algo nuevo”, Banks presume que se ha registrado “quizá menos de la quinta parte”.
“El 70 por ciento de nuestro planeta es azul, no verde”, dijo al comparar los misterios de los océanos con tener una casa y, repentinamente, descubrir que “todo el tiempo hubo una puerta secreta a un sótano, que está lleno de cosas chéveres (bonitas) que nunca habías visto”.
Amenazas latentes
Vinculada desde niña a causas ecologistas, la británica Sophie Cooke, investigadora principal del equipo ‘Protect The Oceans’, de Greenpeace, sostiene que los océanos “están bajo amenaza”, y que la sobrepesca, la contaminación por plásticos y el cambio climático “están haciendo daño en el mundo entero”.
De hecho, EFE constató la existencia de plásticos flotando en el océano mientras lanchas de Greenpeace circulaban en la misión científica para lanzar robots con cámaras a fin de documentar las riquezas de los montes submarinos en Galápagos.
Una inmensa cantidad de contaminación por plástico en los océanos, en general, “viene de la industria de la pesca, que deja atrás redes, líneas de pesca, hilos, nailon, boyas que flotan en el mar”, dijo al recordar que muchas especies quedan atrapadas en las redes.
“Nuevas amenazas surgen, como la minería de fondos marinos, algo que estamos peleando para que no suceda”, comentó Cook en su paso por las Islas Galápagos con el Arctic Sunrise, que llegó al archipiélago para documentar la conservación que se logra en lugares con planes de manejo adecuados, que pueden ser replicados en el mundo, para preservar las especies.
Santuarios marinos
El salto de inmensas mantarrayas interrumpieron en varias ocasiones la entrevista de EFE con Cook, que junto a otros investigadores de Greenpeace quedaron perplejos ante el espontáneo espectáculo.
Greenpeace insiste en la necesidad de que otros países, además de Chile y Palau, se sumen a la ratificación el Tratado Global de los Océanos (TGO), que permitiría crear áreas protegidas en aguas internacionales, a modo de santuarios.
Ello porque menos de un 3 por ciento de los océanos están protegidos y con el TGO las naciones se comprometen a proteger al menos un 30 por ciento de las aguas internacionales para 2030.
Con información de EFE