
Radar Latam 360 pone foco en estas dos noticias de América Latina y aborda desde la visión del politólogo Daniel Zovatto la tragedia en Gaza
Estas son las 2 noticias clave que Radar Latam 360 trae para estar bien informado, y la opinión del politólogo Daniel Zovatto sobre la tragedia en Gaza.
Hoy ponemos foco en:
1. El inicio del primer mandato presidencial completo de Daniel Noboa en Ecuador
2. Una nueva farsa electoral en Venezuela con una oposición nuevamente dividida
3. La continuación de los crímenes de guerra del gobierno de Netanyahu en Gaza, en abierta violación del derecho internacional público y humanitario.
1.Ecuador | Daniel Noboa asume nuevo mandato con firme mensaje contra el crimen organizado
El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, asumió ayer sábado un nuevo mandato (2025–2029) tras imponerse en la segunda vuelta electoral frente a la candidata correísta Luisa González.
En su discurso de investidura, Noboa reafirmó su compromiso de combatir con firmeza al narcotráfico, al crimen organizado y a la corrupción: “Jamás retrocederemos. Estamos aquí para ser valientes”, afirmó.
La ceremonia, celebrada en la Asamblea Nacional, contó con la imposición de la banda presidencial y el Gran Collar de la Orden de San Lorenzo. También juró como vicepresidenta María José Pinto, quien reemplaza a Verónica Abad, alejada del Gobierno por sus diferencias con el mandatario.
Antes del acto oficial, Noboa encabezó un encuentro con jóvenes beneficiarios de programas estatales, a quienes agradeció su apoyo electoral y les prometió un “Nuevo Ecuador”, sin corrupción y con oportunidades.
El mandatario, que inició su carrera presidencial en 2023 para completar el periodo inconcluso de Guillermo Lasso, fue reelegido este año con una agenda centrada en la seguridad, la recuperación económica, la estabilidad fiscal y la generación de empleo.
Como vemos, Noboa no lo tiene fácil. La lista de desafíos es larga. La seguridad y gobernabilidad seguirán siendo retos mayúsculos en un Ecuador asolado por la violencia.
Pero a diferencia del anterior período, Noboa llega con un brazo parlamentario más fuerte. Su movimiento, ADN, cuenta con 66 escaños y con aliados que, por ahora, le aseguran mayoría. De hecho, la presidencia y primera vicepresidencia están en manos del oficialismo. Mientras que la segunda vicepresidencia se quedó en manos de Pachakutik. El correísmo quedó fuera de esta ecuación. Ahora Noboa está a la espera de la Asamblea tramite su primer proyecto económico urgente contra la economía criminal. Veremos …
2. Venezuela | Nueva farsa electoral disfrazada de “elecciones”
La oposición democrática venezolana vuelve a enfrentar el dilema de los últimos años: participar o no en unas elecciones diseñadas para consolidar el poder del chavismo. La división entre quienes llaman al boicot y quienes apuestan por competir ha fracturado nuevamente al campo opositor.
Este domingo, el régimen celebra “elecciones” legislativas y regionales en medio de una nueva ola de represión contra activistas y voces críticas, incluida la reciente detención del dirigente opositor Juan Pablo Guanipa.
Como parte de su campaña, Maduro ha prometido premios y proyectos inmediatos para los circuitos donde su coalición obtenga más votos. Busca así contrarrestar el llamado a la abstención promovido por María Corina Machado, quien insiste -en mi opinión acertadamente- en desconocer esta nueva farsa electoral.
En contraste, figuras como Henrique Capriles (aspirante a la Asamblea), Manuel Rosales (candidato a la reelección como gobernador del Zulia) y Juan Requesens (ex preso político), han decidido participar.
Vale la pena recordar que tras el masivo fraude de los comicios presidenciales del 28 de julio, donde Nicolás Maduro se adjudicó una victoria ficticia, el régimen autoritario presenta ahora estos comicios como muestra de su “vocación democrática”.
Pero desde 2015, todos los procesos electorales han sido manipulados para garantizar la permanencia del chavismo.
Las estrategias de control han sido reiteradas y bien documentadas:
• Inhabilitación arbitraria de candidatos
• Reformas legales que favorecen al oficialismo
• Bloqueo a postulaciones opositoras
• Exclusión del voto en el exterior
• Uso clientelar de los programas sociales
• Empleo masivo de recursos públicos para la campaña.
Hoy, lamentablemente, y pese a que un sector de la oposición decidió participar, Venezuela vivirá otro proceso carente de las mínimas garantías de integridad electoral.
En resumen, la celebración de unas elecciones controladas y manipuladas por el chavismo, sumada a la imposibilidad real de un cambio político pacífico, electoral y democrático en el corto plazo, no solo profundiza el malestar social en Venezuela, sino que consolida un escenario de desesperanza que amenaza con intensificar la migración masiva y debilitar aún más la fe ciudadana en las instituciones.
3. Mi opinión | ¿Será Gaza el cementerio del derecho internacional?
La tragedia en Gaza ha dejado de ser solo un conflicto: es hoy una crisis moral para la comunidad internacional.
La ofensiva israelí, liderada por el primer ministro Benjamin Netanyahu, acumula ya más de año y medio de devastación ininterrumpida. Más de 50 mil muertos civiles, muchos de ellos mujeres y niños, miles de heridos atrapados sin atención médica, hospitales destruidos, zonas enteras declaradas inhabitables y una población empujada a la hambruna y el colapso social.
Las condenas diplomáticas abundan, pero carecen de fuerza y convicción. La Unión Europea ha multiplicado los llamados a la moderación, mientras algunos de sus Estados miembros, entre otros Alemania y Hungría, se niegan incluso a aplicar las medidas más elementales de presión, como el cumplimiento de las órdenes de arresto dictadas por la Corte Penal Internacional (CPI).
En noviembre de 2024, la CPI emitió órdenes sin precedentes: no solo contra los líderes de Hamás —responsables del atroz ataque del 7 de octubre de 2023, con mil 195 muertos y más de 250 secuestrados—, sino también contra Netanyahu y su entonces ministro de Defensa, Yoav Gallant. Se les acusa de crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad, incluyendo exterminio, hambre forzada y persecución. Era un acto de valentía jurídica. Pero ha sido ignorado con impunidad.
Netanyahu no solo ha desafiado esas órdenes, sino que se ha parapetado tras el apoyo político de sus aliados. Estados Unidos lo respalda de manera incondicional más allá de ciertas diferencias recientes con Trump.
Países europeos que se declaran defensores del orden internacional aseguran que no lo detendrán si visita su territorio. La doble vara es clara: hay justicia para unos, impunidad para otros.
“¿Cómo puede la presidenta de la Comisión Europea callar ante un proyecto de exterminio y de limpieza étnica que se transmite en directo, cada día, desde Gaza?” La recriminación que la presidenta de los Socialistas y Demócratas (S&D), la española Iratxe García, lanzó esta semana en el pleno de la Eurocámara resonó con fuerza a unos centenares de metros, en la sede del Ejecutivo europeo liderado por Ursula von der Leyen.
Esta es una pregunta que lleva mucho tiempo flotando en Bruselas y en otras capitales europeas ante lo que cada vez más consideran un silencio incomprensible de una líder política que no dudó en plantarse en Israel para mostrar su solidaridad con el país inmediatamente tras el ataque terrorista de Hamás del 7 de octubre de 2023 y que tampoco tiene reparos en pronunciarse públicamente una y otra vez en apoyo de Ucrania.
Mientras tanto, Gaza se derrumba. El sistema sanitario está al borde del colapso: el 94 por ciento de los hospitales han sido dañados o destruidos, quedan apenas 2 mil camas disponibles, y miles de bebés enfrentan desnutrición severa. La población civil sobrevive entre los escombros, sin agua, sin electricidad, sin refugio. A esto se suma el caos generado por la desesperación: los escasos camiones de ayuda humanitaria que entran a la Franja son saqueados por una población llevada al límite.
En paralelo, Netanyahu consolida su poder en el frente interno. El nombramiento de David Zini como jefe del servicio de inteligencia interior desafía directamente al Tribunal Supremo israelí. El trasfondo es aún más escandaloso: según revelaciones recientes, gobiernos de Netanyahu permitieron durante años el ingreso mensual de unos 30 millones de dólares provenientes de Qatar, que terminaron en manos del brazo armado de Hamás. A eso se suma una investigación judicial por presuntos pagos a periodistas cercanos al primer ministro para influir en la cobertura mediática.
La respuesta de Netanyahu ante la presión internacional es siempre la misma: acusa a sus críticos de antisemitismo o de hacerle el juego a Hamás. Pero sus palabras ya no ocultan la realidad. La violencia sistemática contra la población palestina responde a una política de Estado, no a excesos puntuales.
Como señala el ex primer ministro israelí, Ehud Olmert:
“Lo que estamos haciendo en Gaza es una guerra de aniquilación: una matanza indiscriminada, desenfrenada, brutal y criminal de civiles. No lo estamos haciendo por una pérdida accidental de control, sino como resultado de una política dictada por el gobierno, de manera consciente, intencional, cruel, maliciosa e imprudente. Sí, estamos cometiendo crímenes de guerra.”
Estas palabras no son exageraciones. Son descripciones precisas de una catástrofe humana que ha perdido el límite de lo tolerable.
La pregunta que plantea el abogado Reed Brody —quien se hizo célebre por su lucha para llevar ante la justicia a dictadores como Pinochet— es tan justa como urgente: ¿será Gaza el cementerio del derecho internacional?
Tras décadas de avances, como los juicios de Nuremberg, la creación de la CPI, y las órdenes de arresto contra Putin o Al-Bashir, hoy presenciamos cómo ese andamiaje se resquebraja cuando más se lo necesita.
La situación en Gaza exige algo más que declaraciones bienintencionadas. Exige decisiones políticas valientes. La credibilidad de la comunidad internacional está en juego. Cada día de inacción es una condena para miles de inocentes.
Gaza no puede seguir siendo el símbolo del fracaso colectivo. No si aún creemos en la justicia, en la humanidad y en la vigencia del derecho internacional.
Fuente: con información de El País