
Juan Pablo II tenía un conflicto con el ámbito sexual debido a que veía en las mujeres el reflejo de María, confesó su escudero
El papa Juan Pablo II no solo tuvo una estrecha amistad con la filósofa Anna-Teresa Tymieniecka, sino también con la médico psiquiátra Wanda Poltawska, casada y madre de seis hijas.
Una joven psiquiatra buscó al entonces sacerdote Wojtyla de 30 años, para buscar alivio tras su paso en el campo de concentración de Ravesbruck. Desde ahí nació una amistad de 50 años.
El entonces Sumo Pontífice pasaba el tiempo libre a solas con Wanda, también en compañía de sus hijas y de su esposo, en especial acampando en las montañas ubicadas en Cracovia.
Por esta cercanía, las hijas de Wanda conocían al papa Juan Pablo II como “tío Karol”, mientras que la psiquiatra era nombrada como “hermanita” por Wojtyla, diciendo que Dios le “había encomendado” esta amistad.
El periodista de una revista italiana publicó imágenes de Juan Pablo II en un picnic con Wanda y sus hijas, a estas últimas las conoció en Roma durante un verano, saliendo de nadar con el papa.
Recordemos que el entonces Sumo Pontífice, a pesar de considerarse un papa feminista, seguía pensando que las mujeres debían “estar de rodillas y en silencio a los pies de la cruz”, así lo expresó en Washington a una religiosa que exigía más espacio en la Iglesia para las mujeres.
Además propuso que para mejorar la relación entre casados, lo mejor era la abstinencia sexual, debido a que quien “mira con concupiscencia a su mujer comete adulterio en su corazón”, aseguraba.

De acuerdo a su secretario y escudero, Mieczslav Malinski, Wojtyla siempre tuvo un conflicto con las mujeres, debido a que “veía el reflejo de María, la madre de Jesús”, lo que provocaba que sus relaciones con mujeres se vieran como escándalos.
Un ejemplo fue cuando en Polonia convocó a un campamento a donde solo asistieron cinco mujeres. “No importa, vamos nosotros solos”, le dijo a las jóvenes, a quienes también pidió que le llamaran “tío”.
Agregó que el papa polaco nunca tuvo una “armonía interior” en el campo sexual, ya que “no era un hombre pacificado consigo mismo”.
Con información de El País



