La joven resbaló cuando simulaba caer al acantilado. Los servicios médicos tardaron casi una hora en llegar.
En un intento por lograr una foto “graciosa”, una joven de 23 murió al caer de un acantilado, luego que su guía de turistas no le impidiera simular la fotografía.
Zoe Woolmer, una joven británica de 23 años, viajó a Australia en junio del año pasado al Kings Canyon, donde se dirigía con un grupo de turistas y tras llegar a un punto decidieron tomarse fotos simulando “caer por el acantilado”.
Cuando fue el turno de Woolmer, la instructora le mencionó cómo debía colocarse, sin embargo la joven resbaló y cayó 30 metros hacia abajo, señaló Kelvin Currie, testigo y uno de los turistas que también visitaban la zona.
Al momento de caer, Zoe resbaló por un área muy rocosa lo que le provocó graves lesiones así como fracturas en el cráneo y en la espalda, sin embargo, permanecía con vida, señaló Rebecca Gethen, la guía de turistas a cargo y quien llevaba solo 6 semanas trabajando en el parque nacional.
Aunque permanecía con vida, los servicios médicos tardaron 50 minutos en llegar hasta la joven, por lo que tras 20 minutos de ejercicios de reanimación la declararon muerta.
La guía de turistas señaló que no vio el momento exacto en el que la mujer caía pero se percató que seguía con vida.
Para esta foto, los guías no impiden a los turistas simular que están cayendo por el cañón y aunque que se les entrena para sujetar a los visitantes a un metro del borde, es sumamente peligroso.
En la investigación del caso, la policía australiana tomó las declaraciones de 16 testigos para deslindar las responsabilidades por la muerte dela joven.
Con información de Daily Mail.