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José Sánchez del Río se convierte en el santo mexicano número 32

Con la fórmula oficial de canonización del joven mártir michoacano José Sánchez del Río, pronunciada esta mañana por el Papa Francisco en la Plaza de San Pedro, México sumó 32 santos de la Iglesia católica.

José Sánchez del Río se convierte en el santo mexicano número 32 - canonización
Foto de Twitter

Francisco ordenó que el “niño cristero” sea inscrito en el Elenco de los Santos y autorizó que todos los cristianos lo invoquen como tal, en una misa en la cual elevó al honor de los altares a otros seis beatos, entre ellos el cura “gaucho” argentino José Gabriel Brochero.

Sánchez del Río nació el 28 de marzo de 1913 en Sahuayo. Cuando en 1926 estalló la así llamada “Guerra Cristera”, sus hermanos se unieron a las fuerzas rebeldes al régimen, violento y anticristiano, que se había instaurado en el país. También José fue reclutado.

José Sánchez del Río se convierte en el santo mexicano número 32 - canonización-I
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“En Sahuayo el catolicismo era activo y por esta razón el movimiento de los ‘cristeros’ estaba arraigado. Los sacerdotes que vivían como clandestinos se quedaron en Sahuayo durante toda la persecución, sin abandonar jamás a su grey”, indicó la biografía oficial del nuevo santo.

“En esos años, se hablaba con frecuencia de los primeros mártires cristianos y muchos jóvenes estaban deseosos de seguir sus huellas”, agregó el texto difundido por el Vaticano.

José Sánchez del Río se convierte en el santo mexicano número 32 - Niño-cristero-II
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Recordó que el 25 de enero de 1928, en el curso de una violenta batalla, José fue capturado y llevado a su ciudad natal, donde fue encarcelado en la iglesia parroquial, que había sido profanada y devastada por los federales. Le hicieron la propuesta de huir para evitar la condena a muerte, pero él la rechazó.

Añadió que durante su detención, y con el fin de hacerlo renegar de su fe para que pudiera salvarse, fue torturado y obligado a asistir al ahorcamiento de otro muchacho que estaba prisionero con él.

Describió cómo le desollaron las plantas de los pies y lo obligaron a caminar hasta el cementerio; allí, puesto ante la fosa donde sería enterrado, lo apuñalaron sin darle muerte, pidiéndole de nuevo que renegara de su fe.

“Pero José, cada vez que lo herían, gritaba: ‘¡Viva Cristo Rey! ¡Viva la Virgen de Guadalupe!’. Por último, fue ejecutado con un disparo de arma de fuego. Era el 10 de febrero de 1928”, siguió.

“Tenía casi 15 años de edad. Tres días antes había escrito a su madre: ‘Resígnate a la voluntad de Dios. Yo muero contento porque muero al lado de nuestro señor’. En el 2005, fue beatificado por el Papa Benedicto XVI”, apuntó.

Redacción