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Japón prolonga emergencia por COVID-19 para rebajar presión sobre hospitales
Foto de EFE/ EPA/ FRANCK ROBICHON

Japón decidió este martes prolongar hasta marzo el estado de emergencia por COVID-19 que afecta a Tokio y a otras de sus regiones más pobladas, para intentar frenar la acumulación de pacientes graves y rebajar la presión sobre su sistema sanitario.

“Necesitamos seguir reduciendo el número de nuevos casos, así como el de pacientes graves hospitalizados”, dijo el primer ministro, Yoshihide Suga, en una rueda de prensa celebrada para explicar la decisión y en la que pidió nuevamente la colaboración ciudadana.

La extensión de la duración de la alerta sanitaria, declarada a principios de enero y que ahora se prolongará hasta el 7 de marzo, afecta a diez de las 47 prefecturas del país: Tokio, Chiba, Kanagawa, Saitama, Aichi, Gifu, Osaka, Kioto, Hyogo y Fukuoka, donde se concentra más de la mitad de su población.

En Tochigi, donde la alerta está actualmente en pie, se ha registrado una mejoría significativa de los contagios y terminará según lo inicialmente previsto, el 7 de febrero, explicó Suga.

El estado de emergencia en Japón no incluye confinamiento, aunque se ha instado a la población a evitar salidas innecesarias, a los restaurantes y bares que adelanten su hora de cierre comercial a las 20:00 h, a las empresas que fomenten el teletrabajo y a los organizadores de eventos a que limiten el número de participantes.

Estas medidas van acompañadas de un cierre fronterizo total para quienes no sean residentes en el archipiélago y que se mantendrá en principio hasta que finalice el estado de emergencia, a menos de cinco meses de la prevista inauguración de los Juegos Olímpicos de Tokio, con los que el Gabinete de Suga sigue férreamente comprometido.

Presión en las UCI

Pese a que el archipiélago ha experimentado una disminución de los nuevos contagios de COVID-19 en la última semana, el número de pacientes en estado grave (que en Japón se refiere a aquellos que necesitan algún tipo de asistencia respiratoria) se mantiene alto y las muertes atribuidas a la enfermedad están en niveles máximos.

“Incluso si el número de pacientes está cayendo, el número de hospitalizados y pacientes graves sigue siendo alto. Esa es la razón por la que tenemos que mantener estas medidas”, dijo Suga.

Aunque los contagios diarios están disminuyendo progresivamente, la cifra de enfermos de edad avanzada, con mayor propensión a empeorar, no está bajando, a lo que se suma un incremento de casos graves entre jóvenes, dijo Suga en un intento por concienciar a una población que acogió con bastante indiferencia la alerta sanitaria ahora prolongada.

Japón ha contabilizado hasta el momento más de 392 mil casos de COVID-19 y 5 mil 807 muertes, incluidas las del crucero Diamond Princess.

Enero ha sido el mes más mortífero de la pandemia en el país: murieron 2 mil 240 personas, cerca del 40 por ciento del total, y hasta este lunes 937 personas estaban en estado grave, según los datos publicados hoy por el Ministerio de Salud.

En Japón el número de camas y especialistas para tratar pacientes en cuidados intensivos es muy limitado, y actualmente experimenta una carencia de personal de enfermería, lo que plantea dificultades para asegurar plazas para pacientes de coronavirus, que suelen necesitar más atención y cuyo estado puede empeorar repentinamente.

Japón tiene unos dos mil especialistas en cuidados intensivos, con una población de 126 millones de personas, según datos de la Sociedad Japonesa de Medicina Intensiva. Alemania, con una población de unos 80 millones, tiene unos ocho mil.

Sin vacuna

Japón se encuentra, además, más retrasado en la campaña de vacunación con respecto a otros países, dado que todavía no ha aprobado el uso de emergencia de ninguna vacuna.

Se espera que la primera en recibir el visto bueno de las autoridades japonesas, este mismo mes de febrero, sea la de la farmacéutica estadounidense Pfizer y que se empiece a vacunar al personal sanitario y a los mayores de 65 años en marzo, mientras que la campaña general no comenzaría hasta mayo.

En este sentido, Suga insistió en los planes del Gobierno de comenzar con las inyecciones este mes y prometió transparencia informativa sobre los potenciales efectos secundarios y otros temas, para tranquilizar a una población ya de por sí muy escéptica sobre el uso de vacunas de desarrollo reciente.

Con información de EFE