La destitución de Garry Conille como primer ministro de Haití es otro capítulo trágico en la prolongada crisis que asola al país, señala Daniel Zovatto
Por Daniel Zovatto
En medio de un aumento de asesinatos y hambruna en Haití, una disputa por el poder político ha llevado a la destitución de Garry Conille, un nuevo revés para un país asolado por la violencia de las pandillas.
El primer ministro de Haití, Garry Conille, había sido designado para intentar traer estabilidad al país. Sin embargo, el Consejo de Gobierno lo destituyó en medio de una ola de secuestros y asesinatos.
Haití 🇭🇹: Entre el Abismo y la Búsqueda de Estabilidad
Por Daniel Zovatto
La reciente destitución de Garry Conille como primer ministro de Haití es otro capítulo trágico en la prolongada crisis que asola al país. En un contexto de violencia exacerbada por pandillas, hambruna…
— Daniel Zovatto (@Zovatto55) November 12, 2024
Conille, de 58 años, es médico y exfuncionario de Naciones Unidas, habiendo dirigido la oficina regional de UNICEF para América Latina. Fue nombrado en mayo como primer ministro interino de Haití con la misión de preparar el camino para las elecciones presidenciales del próximo año.
El Consejo de Transición ha nombrado como su sucesor a Alix Didier Fils-Aimé, empresario y excandidato al Senado, según una orden ejecutiva publicada en el diario oficial Le Moniteur. Fils-Aimé, expresidente de la Cámara de Comercio de Haití y graduado de la Universidad de Boston, se describe en LinkedIn como un “empresario” y “ciudadano comprometido”.
Haití no ha tenido un presidente desde el asesinato del último en julio de 2021, y desde entonces no se han celebrado elecciones. El anterior primer ministro, Ariel Henry, también fue forzado a dejar el cargo debido a la presión de una coalición de pandillas que controla gran parte de Puerto Príncipe, y que ha atacado comisarías, prisiones y hospitales. Henry dimitió en abril, mientras los índices de violencia y desplazamiento forzado aumentaban.
Conille, quien no había vivido en Haití por más de una década y era visto como independiente de la política tradicional, contaba con el respaldo de la comunidad internacional, un apoyo crucial en un país donde los donantes internacionales tienen gran influencia. Su destitución ha sido vista por algunos analistas como un golpe de Estado motivado por razones políticas, cuestionando la legitimidad del consejo de gobierno para tomar esa decisión. Según la constitución haitiana, la destitución de un primer ministro corresponde al Parlamento, pero en ausencia de elecciones, Haití carece actualmente de uno.
La salida de Conille representa otro revés para Haití, ya que los vacíos de poder y la falta de estabilidad política siguen siendo factores clave que dificultan la paz y el desarrollo en el país.