Quedan unos 225 presos en cárceles españolas, 52 en centros penitenciarios de Francia, y uno en Portugal
El anuncio de disolución del grupo armado Patria Vasca y Libertad (ETA), prevista para inicios de mayo, deja pendiente la situación de los 278 presos que cárceles de España, Francia y Portugal, y de los que denomina “exiliados”.
En un comunicado difundido este viernes, ETA reconoció el daño causado por su lucha armada a lo largo de más de cinco décadas y pidió perdón a una parte de las víctimas (a las que considera que no tienen responsabilidad en lo que llaman conflicto vasco).
El mensaje fue conocido días antes de que se anuncie (previsiblemente el viernes 4 o sábado 5 de mayo) en Bayona, País Vasco francés (suroeste de Francia), la disolución total en un acto con presencia de organizaciones sociales, personalidades internacionales.
El cierre del ciclo deja una veintena de integrantes de ETA dispersos y con poca capacidad operativa, según fuentes oficiales, que los sitúan en Francia, Alemania, Bélgica, y los menos en el País Vasco y Navarra (norte de España).
Sin embargo, quedan unos 225 presos en cárceles españolas, 52 en centros penitenciarios de Francia, y uno en Portugal, y 88 por ciento de los que están en España permanecen en régimen duro con 20 horas al día dentro de su celda y movimiento limitado.
De acuerdo con la organización de familiares de presos etarras Etxerat, de los 225 presos en cárceles españolas solo siete están en las proximidades del País Vasco.
El resto permanece en prisiones de otras comunidades autónomas españolas, en lo que se conoce como política de dispersión iniciada en 1989 por el entonces gobierno socialista de Felipe González, y tanto familiares como el entorno político independentista vasco piden su acercamiento.
Respecto a si la disolución de ETA permitiría acabar con la dispersión y trasladar a los presos a cárceles del País Vasco y Navarra, el portavoz del gobierno español Iñigo Méndez de Vigo aseguró que “no habrá contrapartidas de ningún tipo”.
El ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, fue más enfático al asegurar que ETA “no ha conseguido ninguno de sus grandes objetivos por los que mataron y sembraron el terror en España; no consiguió nada por dejar de matar y nada va a conseguir por su declaración de desaparición”.
Sin embargo, fuentes oficiales aclaran que si bien no se tomará una decisión en bloque en forma de nueva política hacia los presos, se podrá proceder “en la revisión caso por caso, de forma individualizada”.
De cara a la disolución total de ETA que se anunciará en próximos días, las organizaciones de apoyo a los presos etarras no han expresado su posición de cómo se debe abordar este tema, pero mantienen su petición de que haya una mayor flexibilización.
En una reciente entrevista a Notimex, el portavoz de la organización Sare (de apoyo a presos) Joseba Azkárraga, explicó que se pide al gobierno español terminar con el alejamiento, pues en ausencia de la violencia de ETA desde octubre de 2011 no se cree justificado su alejamiento.
Según sus cálculos, hay algunas familias de presos que recorren al año en coche unos 63 mil kilómetros al año para ver a los suyos en prisión.