Ante las normas de confinamiento, la Conferencia de Obispos Católicos de Filipinas recomendó a sus fieles celebrar los ritos de Semana Santa desde sus casas
Sacerdotes de Filipinas celebraron la liturgia del Viernes Santo con inusuales procesiones sin devotos, usando megáfonos y montados en camiones acompañados de imágenes de Cristo en la cruz, para cumplir con la cuarentena decretada para contener la pandemia de coronavirus COVID-19.
Con más de 90 millones de fieles en Filipinas, la Semana Santa es la fiesta más importante del calendario litúrgico y se celebra con fervor en el país con más católicos de Asia -más del 80 por ciento de su población- y tercero del mundo, detrás de Brasil y México.
Ante las estrictas normas de confinamiento y distancia social que rigen en el país, la Conferencia de Obispos Católicos de Filipinas (CBCP, en inglés) recomendó este año a sus fieles celebrar los ritos de Semana Santa desde sus casas y seguir las misas a través de internet.
Este atípico Viernes Santo, los sacerdotes de diversas parroquias salieron a las calles de Manila para celebrar procesiones sin devotos y conmemorar la fecha en la que Cristo murió crucificado, cuando los casos de COVID-19 alcanzan la cifra de 4 mil 76 infectados, de los cuales han muerto 203.
Filipinas es conocida por los extremos y sangrientos ritos de Viernes Santo, cuando miles de penitentes salen a las calles a flagelarse en largas caminatas descalzos y algunos incluso se crucifican durante unos minutos.
Aunque esos populares ritos -que no cuentan con la aprobación de la CBCP- han sido suspendidos este año, un pequeño grupo de penitentes eludió la prohibición de salir a la calle y marchó mientras se flagelaba la espalda con látigos hechos con bambú en Pasay, ciudad del sur del área metropolitana de Manila.
Según constató un fotógrafo de EFE-EPA, la policía encontró la procesión de penitentes, que ya tenían las espaldas ensangrentadas.
Con información de EFE