
Los agentes buscaban información sobre Karen McDougal, una ex modelo de Playboy que afirma haber tenido un romance de casi un año con Trump
Los agentes del FBI que allanaron este lunes la oficina del abogado personal del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, estaban buscando registros sobre pagos a dos mujeres que afirman haber tenido relaciones con el magnate.
Los elementos del Buró de Inteligencia también buscaban información relacionada con el editor del diario de The National Enquirer para silenciar a una de las mujeres, declararon bajo condición de anonimato varias personas informadas sobre la investigación.

La orden de búsqueda llevada a cabo por la unidad de corrupción pública de la procuraduría federal de Manhattan busca información sobre Karen McDougal, una ex modelo de Playboy que afirma haber tenido un romance de casi un año con Trump poco después del nacimiento de su hijo en 2006.
McDougal recibió 150 mil dólares de American Media Inc., la empresa matriz del National Enquirer, cuyo director ejecutivo es amigo del ahora presidente.
Los agentes también buscaban en la oficina de Michael Cohen información relacionada con Stephanie Clifford, más conocida como Stormy Daniels, quien dice que también tuvo relaciones sexuales con Trump mientras estaba casado.
Cohen ha reconoció que pagó a Clifford 130 mil dólares como parte de un acuerdo de confidencialidad para asegurar su silencio unos días antes de las elecciones presidenciales de 2016.
El abogado de Cohen, Stephen Ryan, calificó a las redadas como “inapropiadas e innecesarias”.
Rod J. Rosenstein, veterano fiscal republicano seleccionado por Trump para servir como fiscal General Adjunto, personalmente firmó este lunes la decisión del FBI para allanar la oficina de Cohen, abogado personal del magnate y confidente de muchos años, dijeron varios funcionarios del gobierno.

Las acciones del Buró de Inteligencia enfurecieron a Trump, afirmaron los asociados, lo que desencadenó una diatriba pública que continuó en privado en la Casa Blanca mientras el presidente contemplaba si debía despedir a Rosenstein.
El episodio ha trastornado profundamente a los asistentes de la Casa Blanca, funcionarios del Departamento de Justicia y legisladores de ambos partidos, que creen que el presidente puede usarlo como un pretexto para purgar al equipo que lidera la investigación sobre la intromisión de Rusia en las elecciones de 2016.