El pueblo de Lodenice es la casa de una de las principales fábricas de discos de vinilo en todo el mundo, y que produce millones cada año
A pesar de que los discos de vinilo perdieron hace mucho la carrera en contra de los CDs y de la música digital, en República Checa un pueblito es el líder mundial en producción de este producto, que hoy en día vuelve a estar de moda.
El empresario checo Zdenek Pelc, pese al negro panorama del mercado, conservó su fábrica de discos de vinilo en el pueblo de Lodenice, lo que eventualmente probó ser una sabia decisión, luego de que el producto es altamente demandado una vez más.
“Me di cuenta cuando llegué a la empresa hace 33 años que el vinilo se terminaría un día, pero quería que nuestra empresa fuera la última en dejar de hacerlos”, comentó Pelc, de 64 años, y quien ahora es dueño y presidente de la firma GZ Media.
El poblado de apenas mil 800 habitantes es la ubicación de la fábrica de la época comunista, que gracias al empresario mantuvo toda su maquinaria.
Dicha estrategia, le permitió producir 14.5 millones de discos de vinilo durante 2014, gracias al interés global en el producto, en comparación con los 300 mil producidos en 1994, año en el que se fundó la República Checa, tras la división de Checoslovaquia.
“Honestamente, si alguien me hubiera dicho que el vinilo regresaría, no lo hubiera creído”, afirma Pelc.
Para este año, la empresa espera producir alrededor de 20 millones de discos, igualando a rivales internacionales, como United Record Pressing, en Nashville, Estados Unidos, y Optimal Media, de Röbel, Alemania, gracias a que “el vinilo se levantó de las cenizas”, como comenta Pelc.
El renacimiento del vinilo inició poco antes del año 2005, gracias al uso que se le da a los discos en los clubes nocturnos, así como a la nueva generación, que busca el peculiar sonido de este formato.
“Desde alrededor de 2005, la demanda por el vinilo creció de forma regular, luego realmente despegó en los últimos años”, detalló Michael Sterba, jefe ejecutivo de GZ Media.
Cuando Pelc empresario llegó a la compañía a principios de los años 1980, el vinilo ya estaba siendo superado por otros formatos como los cassettes primero y después aún más por los discos compactos, pero la caída del comunismo ayudó a que GZ Media se privatizara, con lo que el empresario se convirtió en inversionista y eventualmente en dueño de la compañía, que emplea al 8 por ciento de la población de Lodenice.
GZ Media vive un momento dulce, pero su dueño y presidente sabe que esto no durará para siempre, aunque sin perder la emoción por los tiempos venideros.
“Lo sé (que no durará para siempre)… Estamos viendo un crecimiento del 50 por ciento ahora, y es un largo camino del 50 al cero”, afirma el presidente de GZ Media.
Con información de The New York Times