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El primer día de la ofensiva turca en Siria
Fuerzas Armadas de Turquía. Foto de EFE

Grandes y densas columnas de humo oscurecen los campos de algodón en un paisaje de llanuras apenas salpicados por alguna colina y donde se oyen sin cesar impactos de artillería, junto a esporádicos tiroteos y ráfagas de ametralladora.

Es el panorama que presencia Efe llegando a Ceylanpinar, ciudad fronteriza con Siria en la provincia turca de Sanliurfa, donde desde el miércoles, el ejército turco despliega su operación militar contra las milicias kurdosirias, que ha apodado “Fuente de Paz“.

Algunas explosiones dan lugar a apenas una nube de polvo en la lejanía, otras hacen elevarse densas columnas de humo negro desde la ciudad vecina de Ras al Ain, a veces desde muy cerca de una mezquita o un depósito de agua, a una distancia, como mucho, de un kilómetro de la frontera turca.

Es difícil de estimar, porque la linde aquí es apenas un muro y unas altas alambradas a lo largo de la vía del tren que transcurre por toda la frontera turcosiria al este del río Éufrates separan lo que podrían ser dos barrios de la misma ciudad.

Aunque hay quien especula con bombardeos aéreos, no se oyen ni se observan aviones, y si a veces un pitido que rasga el aire antes de la explosión; otras veces incluso se observa que un obús estalla en el cielo, antes de tocar tierra, aunque es difícil averiguar cuál es la causa.

La columnas de humo se disipan tras una media hora, pero surgen nuevas, al atardecer se contabiliza media docena de humaredas visibles al mismo tiempo.

Desde Ceylanpinar entraron unidades terrestres del ejército turco, apoyadas por milicias sirias aliadas con Ankara, pero de lado turco es imposible determinar cuánto pueden haber avanzado.

Visto los impactos cercanos de artillería, parece que las milicias kurdosirias Unidades de Protección del Pueblo (YPG), que dominan el noreste de Siria, están oponiendo resistencia al avance de las tropas turcas.

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Ataque a asentamientos civiles turcos de las YPG. Foto de @tcsavunma

Ankara considera terrorista a las YPG por sus vínculos con el proscrito Partido de Trabajadores de Kurdistán (PKK), la guerrilla kurda activa en Turquía, y ha prometido “erradicar” esta organización o al menos expulsarla de una franja fronteriza de 32 kilómetros de ancho.

La contienda puede resultar muy diferente a un simple paseo militar. Ya en las primeras 24 horas del combate las autoridades turcas contabilizaron seis civiles muertos -entre ellos un bebé- y 70 heridos por misiles y morteros que, lanzados desde el lado sirio, golpearon cuatro ciudades turcas fronterizas.

Además de Akçakale, Ceylanpinar y Birecik, todas en la provincia de Sanliurfa, también Nusaybin, en la provincia de Mardin, recibieron impactos que afectaron, entre otros, a una escuela, un edificio de gobernación y otro de las fuerzas de seguridad

Del otro lado, el Observatorio Sirio de Derechos Humanos informó de la muerte de al menos nueve personas, entre ellas dos niños, causada por los bombardeos turcos contra la ciudad de Qamishli, una de las más pobladas del territorio controlado por los kurdosirios.

En los barrios más cercanos a la linde en Ceylanpinar, las autoridades conminan a los vecinos a huir del lugar: “Todos deben irse. Es zona de combate y hay peligro”, se escucha desde altavoces.

Sin embargo, la reacción de quienes transitan por la calle o esperan un autobús es más bien de indiferencia.

Similar es el panorama en Akçakale, unos cien kilómetros más al oeste, otro de los puntos desde donde se ha lanzado la invasión turca.

También aquí se oyen impactos de artillería, aunque algo más lejanos, y se dibujan columnas de humo al otro lado de la frontera, en la ciudad de Tal Abiad.

Al anochecer incluso se observa un fuego que parece haber prendido en la franja de hierba seca que hace de tierra de nadie, sin poder dilucidar tampoco aquí qué es lo que provocó las llamas.

Aunque gran parte del sureste de Turquía está poblado por kurdos que mantienen a menudo lazos con las familias al otro lado y simpatizan con la causa de las YPG, no es el caso de Akçakale y Ceylanpinar: aquí la población turca es en parte arabófona y apoya la operación lanzada por Turquía.

En la entrada de Akçakale hay niños agitando banderas turcas al paso de los coches o los convoyes militares que se dirigen a la frontera.

Con información de EFE / Videos de @tcsavunma