El papa considera a la región como uno de los escenarios principales de una Tercera Guerra Mundial en pedazos
La principal preocupación del papa en estos momentos se ha centrado en el reconocimiento de Jerusalén como capital de Israel por parte de Donald Trump, la cual pone en riesgo la débil estabilidad en la región y la posibilidad de encontrar algún día un acuerdo de paz entre israelíes y palestinos.
La decisión de Trump representa el último ataque a un frágil status quo que persiste en la región desde la creación de Israel en 1948 y que considera a la ciudad santa como un lugar neutro y administrado por la ONU.
Asimismo, pone en riesgo el clima de convivencia entre cristianos judíos y musulmanes en la ciudad, e incluso aumentan el riego de que se desate una nueva guerra en Medio Oriente, por lo que el papa Francisco, así como varios patriarcas cristianos, llamaron al presidente de Estados Unidos a actuar con prudencia y al resto del mundo a acatar las resoluciones de Naciones Unidas.
“No puedo callar mi profunda preocupación por la situación que se ha creado en los últimos días y, al mismo tiempo, no dirigir un desesperado llamamiento para que sea un compromiso de todos respetar el status quo de la ciudad, en conformidad con las pertinentes resoluciones de las Naciones Unidas”, dijo el sumo pontífice el miércoles 6 de diciembre.
Añadió que Jerusalén es una ciudad única con vocación para la paz, por lo que es necesario preservarla para el mundo entero y actuar con prudencia y sabiduría para no agregar tensión ante un clima mundial convulso por conflictos en todo el orbe.
En ocasiones anteriores, el papa Francisco ha considerado que Medio Oriente es el escenario principal de una “tercera guerra mundial a pedazos”, por lo que romper el equilibrio de fuerzas en la región puede tener consecuencias insospechadas.
Aseguró que en el mundo existen dos movimientos internacionales, uno a favor de la paz y otro a favor de la guerra, por lo que se debe alimentar al primero y neutralizar el segundo, por lo que ante la decisión de Trump hizo un llamado a la sabiduría a los miembros del Comité Permanente para el Diálogo con Personalidades Religiosas en Palestina.
A ellos, dijo que el diálogo responde al respeto recíproco y el reconocimiento a los derechos de todos, añadiendo que “soy consciente de la atención que las autoridades del Estado de Palestina, en particular el presidente Mahmud Abás, tienen hacia la comunidad cristiana, reconociendo su lugar y su rol en la sociedad palestina”.
A su llamado respondieron los patriarcas de las iglesias cristianas de la región, que reaccionaron duramente a la decisión de Trump. Por ejemplo, el papa Teodoro II, máximo líder religioso de los coptos, canceló la reunión que tenía programada con Pence como parte de su gira por Egipto e Israel.
Luego de que el anuncio de Trump fuera reconocidos con “tres días de ira” por parte del pueblo palestino, la Secretaría de Estado del Vaticano expresó su dolor por los enfrentamientos en la zona y elevó sus oraciones para que los líderes de las naciones respondan con hecho a los deseos de paz, justicia y seguridad.
El texto, además de reiterar la posición del Vaticano, muestra la profunda separación entre la iglesia católica y la Casa Blanca, ante las diferencias entre Francisco y el presidente Trump en temas ambientales, la abolición de las armas atómicas y la posibilidad de una guerra nuclear entre Washington y Corea del Norte, por nombrar solo unos temas.
Con información de Alfa y Omega
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