El problema radica en que Londres se había comprometido a no reinstaurar una frontera controlada, lo que se contrapone con el Brexit
Una ronda de negociaciones del Brexit sobre Irlanda del Norte y la República de Irlanda terminó sin acuerdo.
Michel Barnier, negociador de la Unión Europea, se reunió este domingo con su homólogo británico Dominic Raab en Bruselas, para hallar una solución al problema de la frontera entre ambas naciones.
Sin embargo, el tema de una “zona de seguridad” para evitar una “frontera dura” no resultó como se esperaba, quedando “abierto”, expresó Barnier en Twitter.
Se prevé que la primera ministra Theresa May se reúna el martes con sus principales ministros para analizar la cuestión de la frontera entre ambas Irlandas.
El problema radica en que Londres se había comprometido a no reinstaurar una frontera controlada para preservar los acuerdos de paz del Viernes Santo firmados en 1998, lo que se contrapone con el Brexit porque hace inevitable la instalación de controles de tránsito de mercancías.
May propuso un “arreglo aduanero temporal” con la UE hasta que se alcance una solución permanente y que evite reinstalar los controles fronterizos.
Pero los sectores duros del Partido Conservador descartan esta iniciativa y temen que esa solución se eternice e impida firmar acuerdos comerciales con otros países o bloques.
Por su parte, Barnier propuso que ante la falta de otra solución, Irlanda del Norte permanezca en el seno de la UE sin fecha límite, lo que establecería una nueva frontera, ahora con el resto de Reino Unido, algo inaceptable para el Partido Unionista de Irlanda del Norte (DUP).
Esta solución significaría “una anexión permanente de Irlanda del Norte, que saldría de Reino Unido y nos dejaría sometidos para siempre a reglas escritas por otros sin que podamos decir nada”, aseveró la dirigente del DUP, Arlene Foster.
Con información de AFP