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EE.UU. no busca eliminar remesas a Cuba sino el lucro a costa de la necesidad
Personas caminan con cubrebocas con la bandera de Cuba pintada de fondo. Foto de EFE / Archivo

El Gobierno de Estados Unidos no quiere acabar con las remesas a Cuba sino con el negocio “bien hilvanado” por las Fuerzas Armadas de ese país para quedarse con más del 70 por ciento de lo que los cubanos fuera de la isla envían a sus familias, dijeron este miércoles economistas y defensores de los derechos humanos en Miami.

En una rueda de prensa convocada por la Fundación para los Derechos Humanos en Cuba, Emilio Morales, presidente de la firma de asesoría The Havana Consulting Group, reconoció que la decisión de sancionar a la empresa financiera Cimex S.A (Fincimex), propiedad de GAESA, el conglomerado de las Fuerzas Armadas de Cuba, y principal vía oficial para enviar dinero a la isla, es un tema “sensible”.

Pero también lo es -dijo- que al cubano al que su hermana en Miami le envía 100 dólares por esa vía reciba a cambio 87 pesos convertibles CUC, una “moneda que no tiene valor fuera de Cuba”.

La rueda de prensa fue convocada para exponer cómo puede verse afectado el negocio de las remesas a Cuba por la decisión anunciada por el Departamento de Estado a comienzos de este mes de sancionar a Fincimex y otras seis empresas estatales cubanas.

Efectos colaterales

Los detalles de esa medida serán dados a conocer este viernes por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos, pero antes de eso ya han surgido cuestiones acerca de los efectos colaterales.

Tanto Morales como Tony Costa, presidente de la Fundación para los Derechos Humanos en Cuba, subrayaron que el objetivo no son las remesas sino evitar que Fincimex lucre a costa de los integrantes de la diáspora cubana preocupados por sus familias en la isla y usen el beneficio que obtienen “para seguir oprimiendo”.

Costa recordó que estas medidas tienen como objetivo último presionar a Cuba para que cese “su injerencia en Venezuela“.

Morales indicó que el beneficiario de una remesa enviada por la vía formal debería poder recibirla en la moneda en que se envió como ocurre en la mayoría de los países.

El “papel” (los CUC) que le entregan en Cuba solo le permite comprar productos en tiendas dolarizadas en las que venden productos con un gravamen fiscal del 240 por ciento, lo que limita enormemente el poder adquisitivo del receptor, agrega.

A ese impuesto se suma el del 10 por ciento que grava las remesas en dólares en Cuba y todo eso hace que por cada 100 dólares de las remesas enviadas por la vía formal, el Gobierno cubano gane 74.33 dólares, agregó.

Un negocio “bien hilvanado”

Es un “negocio multimillonario y bien hilvanado”, subrayó.

El 41.04 por ciento de los 3 mil 716 millones de dólares de remesas llegadas a Cuba en 2019 lo hizo a través de las empresas con contratos con Fincimex, subrayó.

Las remesas enviadas a Cuba desde 1993 hasta 2019 totalizaron 46 mil 800 millones de dólares, de los cuales 18 mil 871 millones llegaron por vías formales, principalmente por las empresas con contratos con Fincimex, como Western Union.

Nadie sabe a dónde fueron a parar esos 18 mil 871 millones de dólares y para qué se usan, por la falta de transparencia del entramado de empresas dependientes del Estado en Cuba, subrayó.

Las remesas por vías informales durante el mismo periodo totalizaron 27 mil 900 millones de dólares, según las cifras de The Havana Consulting Group.

Tanto Morales como Costa dijeron que hay que esperar a que el viernes hable el Departamento del Tesoro para saber qué ocurrirá con Western Union (WU) y con las remesas desde Estados Unidos, que representan más del 90 por ciento del total.

El dinero llegará por una vía u otra

Preguntado por EFE acerca de si en caso de que WU tenga que terminar su negocio con Cuba, habrá empresas de otras zonas del mundo no afectadas por las sanciones, Morales dijo que el relevo lo podría tomar alguna empresa de Canadá o Europa, pero señaló que deben darse a conocer y ganarse la confianza de los cubanos que siempre pueden optar por la vía informal para enviar dinero.

Esa vía ha funcionado y sigue funcionando aunque ahora esté cerrada por una circunstancia excepcional como es el COVID-19.

El dinero va a seguir llegando por una vía u otra, subrayó Morales, quien cree que la decisión del Gobierno cubano de crear tiendas dolarizadas fue un “fallo estratégico”.

Quisieron hacer descarrilar a las “mulas” y captar dólares, obtener liquidez, y lo que ocurrió es que el cambio del dólar en la calle respecto al CUC comenzó a subir y llegó hasta dos dólares en diciembre pasado.

Morales subrayó que solo una empresa de GAESA no ha sido sancionada todavía por Estados Unidos, American International Service, que depende de Fincimex.

Fincimex, empresa creada en Panamá, tiene licencia del Banco Central no solo para gestionar y administrar las remesas de ayuda familiar desde el extranjero, también controla el manejo de las tarjetas de crédito de los extranjeros que visitan la isla y las tarjetas magnéticas necesarias par la compra de combustible.

Con información de EFE