
El papa Francisco cerró este miércoles su última jornada en Santiago con un encuentro con jóvenes en la comuna capitalina de Maipú
Durante la estancia del papa Francisco en la región de Araucanía, Chile, escenario del conflicto mapuche, se desplegó un fuerte dispositivo de seguridad con más de cuatro mil policías para prevenir incidentes por las tensiones que existen desde hace décadas.
El pontífice cerró este miércoles su última jornada en Santiago con un encuentro con jóvenes en la comuna capitalina de Maipú y una cita en la Pontificia Universidad Católica de Chile para dialogar sobre educación y cultura.
En Maipú, en el surponiente de la capital, el papa sostuvo un encuentro con jóvenes que llegaron en masa al Templo Votivo, en donde estuvo cerca de 50 minutos.

Tras pedir perdón por los abusos sexuales de religiosos contra niños, el papa Francisco celebraba el miércoles su segunda misa masiva en Chile en una base aérea cuyos terrenos fueron usurpados a los indígenas y donde se violaron los derechos humanos en la dictadura.
Las horas previas al arribo del papa a Temuco, 700 kilómetros al sur de Santiago, estuvieron marcadas por una oleada de violencia que incluyó la quema de una iglesia católica, una escuela y la destrucción de dos helicópteros y daños a un tercero.
Además, un policía fue herido levemente con perdigones en un ataque de encapuchados que los emboscaron, dijo el general policial Marcelo Toyber a la prensa.

Desde el viernes y hasta al miércoles, desconocidos han quemado diez parroquias católicas.
El papa se trasladó luego a la Nunciatura Apostólica, en el oriente de la capital, para cerrar su última jornada en Santiago, antes de partir a Iquique, mil 752 kilómetros al norte, donde este jueves pondrá punto final a su visita a Chile.
Redacción