Ana Quezada declaró en su segundo día de juicio que asesinó al niño Gabriel, hijo de su novio, por llamarla ‘fea’, pero que lo hizo de forma involuntaria
La dominicana Ana Julia Quezada podría ser condenada a prisión permanente revisable, como pide la Fiscalía, al ser declarada culpable del asesinato del niño español Gabriel Cruz, un caso que conmocionó a toda España.
El jurado popular del juicio declaró probado que la mujer mató de manera “intencionada y súbita” al niño en una finca de campo de la provincia de Almería en 2018.
La prisión permanente revisable es la pena máxima autorizada en 2015 en España, y aplicable a delitos excepcionales de gravedad. El sentenciado puede obtener la libertad condicional solo bajo ciertas circunstancias.
La consideración del jurado coincide con el relato de la Fiscalía, que pide la pena máxima para ella por un delito de asesinato con alevosía.
El jurado también la considera culpable de dos delitos de lesiones psíquicas causadas a Ángel Cruz y Patricia Ramírez, padres del menor, por los que la Fiscalía solicita penas individuales de 5 años de cárcel.
La mujer, quien mantenía una relación sentimental con el padre cuando ocurrieron los hechos, fingió participar activamente en su búsqueda cuando se dio por desaparecido. El cadáver fue encontrado en su automóvil tras doce días.
Durante una audiencia celebrada el 10 de septiembre, Ana Julia Quezada reconoció haber matado al niño, pero aseguró que lo hizo de forma involuntaria.
Entre lágrimas, contó que el 27 de febrero de 2018 se encontraba con el niño en una finca y que este jugaba con un hacha. Al pedirle que tuviera cuidado, Gabriel le dijo que era una ‘fea’, que ella no era su mamá y que regresara a su país.
“Simplemente le tapé la boca, no quería hacerle daño al niño, quería que se callara… Le tapé la boca y la nariz con la mano, de lo demás no me acuerdo, cuando lo dejé ya no respiraba”, narró.
Explicó que después tuvo “mucho miedo”, se quedó “paralizada” y “no sabía que hacer”, porque “nunca he tenido intención de hacerle daño a Gabriel”.
Ana Julia Quezada llegó a España en 1995 y se instaló en Burgos, al norte de España, junto a una hija. Posteriormente se casó y tuvo otra niña.
La mayor de ellas falleció en 1996 al caer desde una ventana de una vivienda de Burgos, a un patio interior, un caso que se cerró como una muerte accidental. Años más tarde se mudó al sur donde conoció al padre de Gabriel.
Con información de EFE