Pese a todos los obstáculos, la primavera democrática chapina sacó sus primeros brotes verdes. Y esto no es poca cosa. Por Daniel Zovatto
Texto compartido por el Dr. Daniel Zovatto,
Politólogo y jurista. Experto en elecciones y democracia.
Twitter: @Zovatto55
Espero que hayas disfrutado de nuestra cobertura de ayer de la dramática toma de posesión del presidente Bernardo Arévalo que, al igual que el proceso electoral y el largo periodo de transición no estuvo exento de tensión, incertidumbre y sorpresas.
Pese a todos los obstáculos la primavera democrática chapina sacó sus primeros brotes verdes. Y esto no es poca cosa.
Cabe recordar que el pacto de corruptos tenía a su favor el MP, la presidencia de la Republica, el Congreso, las Cortes, las redes clientelares, todo el dinero que fuese necesario para comprar voluntades y votos, y pese a todo ello no lograron impedir que Arévalo asumiera la presidencia ni impedir que Semilla se quedase con la JD del Congreso.
Pero los triunfos de ayer, si bien importantes, no son concluyentes. El nuevo gobierno enfrenta desafíos mayúsculos, las amenazas no han desaparecido, la carrera de obstáculos continuará y no habrá luna de miel.
Lo urgente pasa por recuperar las instituciones y luchar frontalmente contra la corrupción y la impunidad. Lo importante por poner foco en dar respuesta a las expectativas ciudadanas (que son muy altas) en el terreno económico social en un país con una pobreza del 60%. La gobernabilidad será un tercer desafío para Arévalo que tiene como propia una bancada de apenas 23 diputados en un Congreso de 160 bancas.
El apoyo del pueblo, el diálogo con otros partidos, empresarios, grupos indígenas, de la sociedad civil y otros actores que desean jugar en favor de la democracia serán críticos para darle músculo político al nuevo gobierno y evitar (como hemos visto en otros países de la región) un desgaste temprano y acelerado de la popularidad.
Pero este lunes 15 Guatemala dio un paso muy importante en dirección a Guatemejor.
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