
Dan Scavino solía cargar los palos de golf de Donald Trump, hoy en día es el director de comunicación digital de la Casa Blanca
El director de redes sociales y comunicación digital de la Casa Blanca, Daniel Scavino, primero fue caddie de Donald Trump.
El neoyorquino de 41 años de edad cargaba los palos de golf del hoy presidente de Estados Unidos antes de confeccionar los mensajes que aparecen en las redes sociales de la mansión presidencial estadounidense.

La meritocracia parece que ha quedado desplazada en el nuevo gobierno de la Unión Americana. Pertenecer a la administración Trump parece que depende de la relación previa que las personas tenían con el magnate antes de que fuera presidente.
Scavino fue caddie del magnate a sus 16 años en el Trump National Golf Club de Westchester, años después el empresario le dio la dirección del establecimiento y en 2015 lo incorporó a su equipo de campaña.
El excaddie no cuenta con experiencia política alguna, sin embargo, ofrece algo que parecer ser sumamente relevante para Trump: lealtad absoluta.
“Nunca olvidaré el día que su limusina se estacionó en el club por primera vez. Me quedé petrificado. Recuerdo su primera propina. Me dio dos billetes de 100 dólares. Todavía los conservo. Trump me dijo: ‘Trabajarás para mí algún día'”, declaró Scavino.
El director de redes sociales de la Casa Blanca destacó que entre las claves de su éxito en la Organización Trump es “estar siempre disponible para el señor Trump, no importa cuál sea el trabajo”. Por eso, Scavino aceptó sin dudar cuando el magnate le ofreció este nuevo puesto.
La falta de experiencia en el puesto le han traído problemas al excaddie y al propio Trump. Hace dos semanas, Scavino recibió una llamada de atención por abogar en Twitter por la destitución de un congresista republicano que se opuso inicialmente a la reforma sanitaria de Trump.
Según las autoridades, el mensaje violó una ley que prohíbe a empleados del Ejecutivo interferir o comentar sobre actividades políticas.
Scavino admitió ser el responsable de tuitear en el perfil de Trump, durante la campaña presidencial, una imagen de Hillary Clinton con una estrella de David, criticando su supuesta complicidad con la comunidad judía estadounidense. Un texto decía: “La candidata más corrupta de la historia”.

El director de comunicación digital de la Casa Blanca no cree en la necesidad de contener a su jefe por sus erupciones impulsivas y erráticas en Twitter. Tanto ignora el daño de ese tipo de actuación en la red social que es un imitador del presidente en su perfil.
En la cuenta que maneja no es raro ver expresiones como las del presidente, mensajes repletos de mayúsculas, acusaciones a los medios de comunicación por propagar noticias falsas, provocaciones de todo tipo y hasta insultos.
Con información de La Nación