Uber suspendió de inmediato todas sus pruebas con vehículos autónomos en las ciudades de Phoenix, Pittsburgh, San Francisco y Toronto
Un vehículo autónomo de Uber atropelló y causó la muerte de una transeúnte en un suburbio de Phoenix, Arizona en el primer deceso que involucra a un automóvil de este tipo y que podría tener profundas consecuencias para esta tecnología.
El incidente ocurrido el domingo por la noche en Tempe, Arizona, era algo que temían las industrias automotriz y tecnológica, aunque también sabían que era inevitable.
Uber suspendió de inmediato todas sus pruebas con vehículos autónomos en las ciudades de Phoenix, Pittsburgh, San Francisco y Toronto. Las pruebas han estado realizándose durante meses, debido a que los fabricantes de autos y las compañías tecnológicas, así como el servicio de transporte privado, compiten para ser los primeros en contar con vehículos autónomos.
El vehículo de la marca Volvo estaba en modo de conducción autónoma con un conductor humano de respaldo al volante cuando atropelló a Elaine Herzberg mientras caminaba con una bicicleta fuera de las líneas del cruce peatonal, indicó la policía. La mujer de 49 años murió en el hospital.
La mujer conductora que estaba a cargo del Uber autónomo cuando golpeó y mató a Herzberg, una mujer sin hogar en Arizona, es una delincuente convicta que afirma que la víctima salió de repente frente al automóvil, sin darle tiempo a tratar de evitarla.
Rafaela Vásquez, de 44 años, era responsable del vehículo cuando golpeó y mató a la mujer de 49 años de edad.
Anteriormente pasó cuatro años en prisión por robo a mano armada y falsificación de documentos, pero fue contratada por Uber de todos modos. El automóvil estaba en modo de conducción automática cuando golpeó a Herzberg.
Se suponía que Vasquez debía actuar como un “conductor de seguridad” y tomar el control del vehículo si algo salía mal.
Ella le dijo a la policía que Herzberg, quien también pasó un tiempo en prisión por delitos de drogas, salió frente a ella con una bicicleta que llevaba varias bolsas de compra y que no tuvo tiempo para frenar antes de golpearla.
El director general de Uber, Dara Khosrowshahi, expresó sus condolencias en su cuenta de Twitter y dijo que la compañía coopera con las autoridades locales en la pesquisa.
Dos agencias del gobierno enviaron investigadores: La Junta Nacional de Seguridad en el Transporte de Estados Unidos (NTSB por sus siglas en inglés), encargada de emitir recomendaciones para evitar choques, y la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras (NHTSA por sus siglas en inglés), que tiene la autoridad para promulgar regulaciones.
El sargento Ronald Elcock, de la policía de Tempe, dijo que las autoridades locales no han llegado a ninguna conclusión sobre quién es el culpable del accidente, pero exhortaron a la gente a caminar por los cruces peatonales. Comentó a los medios de comunicación en una conferencia de prensa el lunes, que el vehículo de Uber iba a una velocidad de alrededor 60 kilómetros por hora cuando atropelló a Helzberg inmediatamente después de que ella pisó el asfalto.
Ni ella ni el conductor de respaldo mostraban indicios de tener algún problema o alteración de la percepción, agregó Elcock.
La imagen pública de los vehículos se definirá por historias como el accidente en Tempe, puntualizó Bryant Walker Smith, un profesor de derecho de la Universidad de Carolina del Sur que estudia los vehículos autónomos.
Aunque el vehículo de Uber y su respaldo humano podrían tener la culpa del choque, podría resultar que no había nada que pudieran haber hecho para evitar el accidente, explicó el profesor.
De cualquier forma, el deceso podría herir la imagen de la nueva tecnología y provocar un aumento de regulaciones a nivel estatal y federal, indicó Smith.
Los vehículos autónomos, equipados con sensores láser, de radar y de imagen, además de sofisticadas computadoras, se han promovido como la forma para reducir las más de 40 mil muertes relacionadas con el transporte, tan solo en Estados Unidos.
El 94 por ciento de los choques son ocasionados por un error humano, de acuerdo con el gobierno estadounidense.
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