El Gobierno de China se fijó como objetivo reducir los abortos que no sean por “necesidad médica” a fin de contrarrestar el envejecimiento de la población
China se marcó como objetivo reducir el número de abortos que no se deban a una “necesidad médica” como parte de los esfuerzos del país para revertir la tendencia a la baja de su natalidad, que ha hecho saltar las alarmas en Beijing por el progresivo envejecimiento de la población del país.
El Consejo de Estado (Ejecutivo) dio a conocer nuevas directrices sobre planificación familiar encaminadas a fomentar la natalidad y otras para garantizar la igualdad de género, que deben “poner en marcha concienzudamente” los gobiernos locales.
En este documento se menciona el objetivo de “reducir el número de abortos que no se deban a una necesidad médica”, aunque las autoridades de China no ofrecen más detalles al respecto.
Anteriormente, el país asiático había aprobado medidas para prevenir los abortos selectivos por sexo, y también ha señalado que el aborto en embarazos no deseados es perjudicial para las mujeres.
Otras directrices anunciadas buscan mejorar “el acceso de las mujeres a servicios de atención médica antes y después del embarazo”, desarrollar “el entorno económico-social para garantizar el adecuado desarrollo de la mujer y sus contribuciones a la sociedad” y optimizar “la salud reproductiva de las mujeres”.
También se apunta a reducir la mortalidad en los partos, especialmente en las zonas rurales, o la transmisión del VIH entre madres e hijos.
Las autoridades del país pronosticaron en julio que el número de nacimientos en China seguirá una tendencia a la baja en 2021, agravando el problema del envejecimiento de la sociedad pese a que en mayo el Gobierno autorizó a las familias a tener un tercer hijo.
En 2020, la cifra de nacimientos cayó por cuarto año consecutivo, con 12 millones frente a los 14.65 millones de 2019, mientras que la tasa de fertilidad quedó en 1,3 hijos por mujer, por debajo del 2.1 estimado por Naciones Unidas para mantener una población estable.
China impuso en 1979 la política del hijo único para mitigar el crecimiento demográfico alentado bajo el primer presidente de la República Popular, Mao Zedong, lo que provocó, según expertos, la desaparición de niñas, abandonadas o abortadas por la preferencia de tener un varón.
Según el último censo de 2020, la población de hombres es de 723 mil 34 millones por 688 mil 44 de mujeres, lo que en su momento ya suscitó el miedo a que los hijos acabaran solteros y que a las hijas se les concertaran matrimonios de conveniencia.
Según el censo presentado en mayo y elaborado cada diez años, China cuenta ahora con casi mil 412 millones de habitantes.
Con información de EFE