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Bolsonaro encara su peor crisis política en plena pandemia de COVID-19
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro. Foto de EFE

En el momento más tenso e incierto de sus 16 meses en la Presidencia de Brasil, Jair Bolsonaro agravó este sábado los ataques contra el popular exjuez Sergio Moro, quien dimitió como ministro de Justicia denunciando “interferencias políticas”.

La crisis abierta en plena pandemia de coronavirus COVID-19, que en Brasil ha dejado más de 3 mil víctimas mortales, ha intensificado además el debate sobre la capacidad del presidente para seguir en su cargo.

Al caso de Moro, quien renunció este viernes alegando “interferencias políticas” de Bolsonaro, se une el del ministro de Salud, Luiz Henrique Mandetta, cesado la semana pasada por oponerse a relajar las medidas de distanciamiento para luchar contra el coronavirus.

Bolsonaro ha sido uno de los pocos mandatarios en el mundo en subestimar el alcance del virus, al que tildó de “gripecita”, y ha abogado por reabrir el comercio lo antes posible, en contra de las recomendaciones sanitarias locales y mundiales.

A pesar de los numerosos pedidos de apertura de juicio político que pueden desembocar en la destitución de Bolsonaro, Rodrigo Maia, el presidente de la Cámara de Diputados y encargado de tramitar la solicitud, todavía no se ha pronunciado públicamente.

El grueso de los partidos de centro-derecha con representación parlamentaria, claves para que salga adelante el proceso, tampoco han dado, de momento, señales sobre la idoneidad de abrir un juicio político.

El último sucedió en 2016 y desembocó en la destitución de la entonces presidenta de izquierdas, Dilma Rousseff, por presuntas irregularidades fiscales en el manejo del presupuesto estatal.

¿Popularidad afectada?

A falta de que se empiecen a publicar sondeos, el adiós de Moro se interpreta como un duro golpe a la popularidad del Ejecutivo de Bolsonaro.

El presidente, que actualmente trabaja en la creación de un nuevo partido después de la tumultuosa desvinculación del pequeño PSL, siempre presumió de haber escogido perfiles técnicos para cada ministerio, sin dejarse influir por el tejemaneje de la política.

La marcha de Moro, que además de Justicia controlaba la Seguridad Pública, puede afectar su imagen de dirigente implacable contra la corrupción y el crimen organizado, la misma que le ayudó a ganar la elecciones a la Presidencia de Brasil en octubre de 2018.

Mientras se aguarda al sucesor de Moro, las miradas del mercado financiero están puestas en la continuidad de otro superministro, el de Economía, el neoliberal Paulo Guedes, considerado un pilar fundamental del hoy maltrecho Gobierno.

En su conferencia de prensa del viernes, Bolsonaro hizo guiños a Guedes, impulsor de la reforma de las pensiones que tanto agradó a los mercados internacionales. Las turbulencias políticas hicieron al real depreciarse respecto al dólar y a la Bolsa a agravar sus pérdidas.

La denominada como ala militar, pieza clave en el Ejecutivo -el propio Bolsonaro llegó a capitán-, recogió con sorpresa y tristeza la dimisión del exjuez como ministro de Justicia.

En declaraciones al diario “Folha de Sao Paulo”, el vicepresidente, el general en la reserva Hamilton Mourao, aseguró que Moro “venía haciendo un buen trabajo”, aunque aclaró que “la vida sigue”.

Con información de EFE