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Atrapados, tripulantes de cruceros viven su propio calvario en el mar por COVID-19
Foto de EFE

El calvario de miles de tripulantes de cruceros que permanecen embarcados, algunos enfermos, sin esperanza de regresar pronto a sus países e incluso bajo amenazas de recortes salariales subyace al de los pasajeros, que tuvieron la prioridad a la hora de la evacuación en medio de la crisis del coronavirus COVID-19.

Aunque no hay cálculo exacto de cuántos son los trabajadores del mar en estas condiciones, la Guardia Costera de EE.UU. señaló esta semana que solo en aguas de Florida hay por los menos 35 mil están embarcados en 35 cruceros paralizados por las medidas preventivas frente al nuevo virus.

La Federación Internacional de Trabajadores del Transporte (ITF) dijo a Efe que es “muy difícil estimar” cuántos de estos trabajadores siguen atrapados en los barcos tanto de recreo como comerciales.

Johan Oyen, dirigente de cruceros del sindicato ITF, subrayó que la industria está tratando de repatriarlos por aerolíneas comerciales, vuelos charter y otras embarcaciones, pero “las fronteras cerradas no están ayudando”.

Golpe salarial a bordo

El hondureño Humberto Gómez, uno de los marinos atrapados, contó que está desesperado a bordo del Grand Celebration, un crucero que suele hacer rutas cortas entre el sur de Florida y el archipiélago de Bahamas.

Además de la incertidumbre de cuándo podrá regresar a su país y estar con su familia, Gómez denunció que en la última semana los tripulantes, que él calcula en un centenar, se vieron obligados a firmar una carta en la que aceptaron una reducción del 30 por ciento del salario debido al coronavirus.

“A mi no me gustó nada, pero la firmé por temor”, expresó este electricista del Grand Celebration, barco anclado en el puerto de Palm Beach, en el sur de Florida, la región del estado más afectada por el COVID-19.

El hondureño subrayó que una tercera parte de la tripulación es de origen latinoamericano y que en su mayoría trabajan como él en el cuarto de máquinas. Dijo que todo están desesperados por salir.

Detalló que algunos que se rehusaron a firmar el documento fueron despedidos, pero que igual permanecen a bordo debido a las restricciones de desembarque en Florida, especialmente en el sur, donde están los puertos de Everglades, Palm Beach y Miami.

Michael Andrade, otro marino hondureño y que lleva dos meses embarcado en el Sirena de Oceania Cruises, denunció también recortes salariales y el olvido del gobierno de su país.

“No quise entrar en controversia con los jefes”, dijo sobre la aceptación de la reducción de su sueldo este marino, que manifestó estar desesperado porque solo trabaja dos o tres horas diarias y mantiene el resto del tiempo confinado en una cabina.

En Florida, en el que la población está sujeta a una orden de confinamiento desde el viernes pasado, murieron 309 personas por COVID-19 y los contagiados suman 15 mil 3, según las más recientes cifras oficiales.

El sado mortal en el Estado del Sol

Por los menos dos tripulantes de cruceros murieron en Florida en la última semana. Entre ellos el indio Andrew Fernandes, de 48 años, a causa del COVID-19.

Fernandes había sido evacuado del crucero Favolosa, de la naviera Costa Cruceros, que pertenece a la corporación Carnival, el pasado 29 de marzo y murió este sábado en un hospital de Miami.

El viernes pasado también se conoció de la muerte de un tripulante a bordo del Celebrity Infinity, de Royal Caribbean, que había reportado a las autoridades casos de COVID-19.

La empresa se reservó el nombre del extinto y la causa de su muerte.

Ambos barcos, como muchos otros que llegaron al sur de Florida con personas enfermas, entre ellos el Zaandam y el Rotterdam, de Holland America (HAL), y el Coral Princess, de Princess, han dado prioridad al desembarco de pasajeros.

La Asociación Internacional de Líneas de Cruceros (CLIA) informó a Efe de que aún hay siete barcos de sus empresa afiliadas que “permanecen en el mar”.

“Todos están en proceso de llegar a puerto, y continuamos trabajando con las autoridades locales y nacionales para organizar un desembarque seguro y ordenado para los pasajeros”, expresó la asociación.

Mientras los pasajeros son evacuados, estos barcos han mantenido a sus tripulaciones a bordo ya sea en puertos o lejos de ellos.

Los primeros que han evacuado son los pasajeros más enfermos, directo a centros hospitalarios del sur de Florida, seguidos de los pasajeros asintomáticos.

Aquellos pasajeros con síntomas de gripe podrán hacerlo solo hasta que demuestren que no representan un riesgo sanitario de acuerdo con los parámetros de las autoridades estadounidenses.

De últimas, están los tripulantes, que aún desconocen su suerte.

Héroes desconocidos del comercio

Stephen Cotton, secretario general del sindicato ITF, urgió esta semana a “respetar” a los trabajadores del mar.

Solicitó a los gobiernos que coordinen “una estrategia global con las principales partes interesadas, incluidas las principales aerolíneas, para aliviar las restricciones y facilitar el cambio de tripulación de los buques”.

En el mismo sentido se pronunció Guy Platten, secretario general de la Cámara Naviera Internacional (ICS), que pidió agilizar la repatriación de este personal.

“La gente de mar es el héroe desconocido del comercio mundial, pero las restricciones actuales que se están implementando para responder a la pandemia de COVID-19 no son sostenibles”, señaló.

Ambas organizaciones lamentaron que muchos marinos se ven obligados a permanecer en el mar “durante meses adicionales” amenazando su salud, bienestar personal y aumentando el riesgo de accidentes marinos y poniendo en peligro las cadenas de suministro mundiales, “esenciales para responder y eventualmente superar esta pandemia”.

Con información de EFE