Elecciones 2024
Elecciones 2024
Alemania enfrenta lentitud en aplicación y distribución de vacunas contra COVID-19
Foto de EFE

Alemania logró frenar la segunda ola de contagios de COVID-19, pero no así el número de muertos por la enfermedad.

Uno de los principales problemas que enfrenta ahora el gobierno alemán es la lenta distribución y aplicación de las vacunas contra el COVID-19 en ese país.

De hecho, solo el 2 por ciento de la población ha sido vacunada y todavía no se aplican las segundas dosis de la vacuna.

Angela Merkel, por su parte, indicó que la pandemia ha mostrado que el sistema en Alemania es lento y muy burocrático.

Ese país mantiene por quinta semana consecutiva un cierre parcial de actividades, gracias al cual, de acuerdo con las autoridades, se ha logrado frenar la curva de contagios.

Además, el gobierno alemán se propone reducir “a casi cero” los vuelos internacionales y restringir al máximo los viajes no esenciales al país, afirmó el ministro de Interior, Horst Seehofer.

“El peligro derivado de las múltiples mutaciones nos obliga a considerar medidas drásticas”, apunta Seehofer, al citado rotativo, sin concretar esos planes. Entre las medidas que “se estudian” está un endurecimiento de los controles fronterizos, especialmente con las regiones de máximo riesgo.

También se analiza una “reducción de los vuelos hacia Alemania a casi cero”. Seehofer argumentó que, puesto que se impone a la población drásticas restricciones, el ciudadano también “espera de nosotros que lo protejamos de una explosión de infecciones“.

Pese a que se ha logrado reducir la incidencia de contagio, que  ahora está en 107.6 casos semanales por 100 mil habitantes, frente al máximo de 197 del 22 de diciembre, la canciller Angela Merkel y los líderes regionales acordaron la semana pasada prolongar hasta el 14 de febrero las restricciones actuales.

Ello se debe al temor a la expansión de las nuevas mutaciones británica, sudafricana y brasileña, que ya han sido detectadas tanto en Alemania como en otros países europeos.

Desde noviembre está cerrado en Alemania todo el ocio, la gastronomía y la vida cultural, situación a la que se sumó en diciembre la actividad comercial no esencial y la enseñanza presencial.

Se desaconseja todo viaje o desplazamiento no imprescindible, mientras que el turismo está cerrado, sin perspectivas de una apertura.

Con información de López-Dóriga Digital y EFE