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Nuevo libro de Rubén Cortés retrata a Cuba antes y después de Castro
Foto de Archivo

Como un lamento por el fin de una forma de vida que el populismo y la demagogia enterraron en Cuba, así definió el escritor y periodista Rubén Cortés Fernández (1964) su libro “Los nómadas de la noche”, presentado en la Sala Adamo Boari del Palacio de Bellas Artes.

En presencia de diputados y senadores, entre otros invitados especiales, el narrador y cronista cubano ofreció un panorama de la Cuba antes y después de Fidel Castro (1926-2016), al tiempo que describió algunos de los motivos de simpatía entre México y su país natal.

Durante su intervención, el también corresponsal de guerra habló sobre la figura del emblemático líder cubano Fidel Castro, de quien, dijo, no fue más que el resultado del estallido de la demagogia y de la insensatez, “que todos contribuimos a crearlo y todos por resentidos, por demagogos, por estúpidos, somos culpables de que llegara al poder’.

Nuevo libro de Rubén Cortés retrata a Cuba antes y después de Castro - rubén-cortés
Rubén Cortés. Foto de Internet

“Fue culpable el Congreso que aprobó la Ley de Amnistía para Fidel, los comentaristas de radio y televisión que lo formaron de elogios, ‘Bohemia’ (revista cubana) no era más que un eco de la calle, fueron culpables los millonarios los que llenaron de dinero para que derribara reinos”, dijo.

Recordó que tras la llegada de Castro al poder en enero de 1959, con la promesa de elecciones libres y restitución de la Constitución de 1940, despertó una esperanza febril entre los cubanos, que ansiaban recuperar la sociedad que el propio Castro perfilara al periodista Luis Conte Agüero, acerca de la urgencia de recuperar la Constitución, las leyes, las libertades y todo lo demás que garantizaba la democracia.

Sin embargo, dijo el cronista, todo fue tan veloz que seis millones de cubanos no se percataron de que la revolución de Castro, por la cual dieron vida y hacienda a cientos de cubanos demócratas, se convirtió en una dictadura marxista, leninista y stalinista.

Asentó el fusilamiento de jurivado de juicios sumarios, exilios masivos y encarcelamientos casi perpetuos para convertir al gobierno en dueño de todos los medios de producción, con la prohibición adhesiones libres y la libertad de expresión, de reunión y propiedad privada.

De acuerdo con Cortés Fernández, su libro intenta mostrar un relato mínimo de ese sistema de gobierno asentado hace 50 años a 210 kilómetros de Cancún.

Asimismo, describió algunos de los motivos de simpatía entre México y Cuba, por ejemplo, cuando Cristóbal Colón difundió en España el Nuevo Mundo, era Cuba lo que describía.

“De Cuba Hernán Cortes zarpó a México, de Cuba partieron los otros conquistadores al continente. De Cuba salieron las primeras riquezas del pillaje español en América. En Cuba se construyó la primera Catedral y Universidad de América, por su posición geografía, la isla se convirtió en el lugar que anclaba el poder de la metrópoli en el Continente Americano.

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“También, incluso antes del triunfo de la revolución de Castro, en Cuba se formó el movimiento obrero más avanzado de América Latina y el primero en movilizarse sobre las tesis de la tercera internacional, lo cual se vio reflejado en la Constitución de 1940, concebida con base en la función social y propiedad privada”, destacó.

De acuerdo con el autor cubano, la constitución del 40, fue la primera constitución social demócrata en América Latina y la primera en acercar el voto de la mujer, un texto en el que la jornada laboral asentada que debía ser de ocho horas, la semana laboral de 48 horas, las vacaciones pagadas de un mes, la indemnización por accidentes, los seguros sociales obligatorios, pensiones y salario mínimo.

Cuba, subrayó, era un país emergente, La Habana era junto a Viena y Londres, la mayor capital del mundo en porción de habitantes; solo en La Habana había 18 periódicos, 32 emisoras de radio y cinco canales de televisión, antes del triunfo de Castro, se construían en Cuba cinco mil edificios por año.

Todos esos logros políticos y sociales se habían logrado en Cuba antes del triunfo de la revolución de Fidel Castro.

Al respecto, el escritor también cubano Rafael Rojas calificó al libro como un texto impactante y estremecedor, con un efecto melancólico y se refirió a la muerte de Fidel Castro, la cual, consideró, “no tuvo el impacto que muchos pensaron y escribieron”.

A la muerte de Fidel, el duelo se repartió entre personas con experiencias visibles de Cuba pues, en su opinión, los cubanos se han dividido no sólo en generaciones, sino en experiencias visibles.

“La muerte de Castro tuvo que ser muy diferente para un cubano que se exilió en los primeros años del triunfo de la revolución, que para otro que se va con el éxodo masivo de los años 80 o 90”, señaló.

Dijo que el presente libro de Cortés y otros codifican una experiencia singular dentro de la comunidad cubana, tanto de la isla como del exilio, y esa experiencia proyecta de manera específica la memoria.

“Este es un libro que da cuenta de un duelo, porque la muerte de Castro representa un duelo para los seguidores del comandante, o bien, para aquellos intelectuales con una posición crítica sobre la deriva totalitaria de la revolución cubana que piensan que, con la ausencia de Castro, termina un mundo que para muchos fue visto como una epopeya y para otros como una tragedia”, consideró.

El texto editado por Cal y Arena es una pieza de literatura bajo presión, que toma del periodismo los datos verificables, pero escrita con las herramientas de la ficción, el aire memorioso de la autobiografía, la emoción de la novela y los argumentos históricos del ensayo.

Redacción