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‘Joaquín, Marín de do pingüé’ y ‘Operación mamut’
Joaquín López-Dóriga y Carlos Marín

Por Álvaro Cueva

¿Qué piensa usted de la libertad de expresión en México? ¿Existe? ¿Es un mito? ¿Vivimos en una dictadura donde está prohibido criticar? ¿Vamos de mal en peor?

Se acaban de estrenar estos dos programas. Por favor tome nota.

El viernes pasado, a las 12:00, se estrenó en las redes sociales de lopezdoriga.com un monumento de programa.

Se llama Joaquín, Marín de do pingüé y no hay manera de verlo y de no adorar a sus conductores, los grandiosos Joaquín López-Dóriga y Carlos Marín.

¿Por qué? Porque dicen hasta lo que no y lo gozan que da gusto mirarlos, escucharlos y participar en los chats que se van generando conforme van hablando.

Joaquín, Marín de do pingüé es un show de alta polémica donde estos periodistas analizan las notas del momento y critican al gobierno con un veneno sabrosísimo.

Usted va a pensar que ya me volví loco, ¿pero sabe a qué me recuerda? A aquella sección de El show de los Muppets donde salían Statler y Waldorf, “los viejitos criticones”, hablando mal de todo, pero con mucha gracia.

De hecho, la concepción visual de Joaquín, Marín de do pingüé es ésa, la de un placo donde estos experimentados periodistas miran todo sin piedad.

Me encanta esta propuesta porque, a diferencia de otras, no está hecha ni por chavitos que se sienten periodistas ni por comunicadores que no llegan a donde tienen que llegar por no dejarse producir, por permitir que el rencor aniquile sus mensajes.

Joaquín y Carlos no se cuecen al primer hervor, son grandes maestros del periodismo mexicano, saben escuchar y tienen una habilidad admirable para decir cosas muy fuertes sin perder la clase, el tono y, lo mejor de todo, la sonrisa.

Luche por ver hoy el episodio dos de esta joya hoy a las 12:00 en las redes de lopezdoriga.com porque estoy seguro de que, con todo lo que ha pasado, estos señorones le van a mover el tapete a más de una autoridad. ¿O usted qué opina?

Tres son multitud
El domingo pasado, a las 22:00, se estrenó por Canal Once, un monumento de programa.

Se llama Operación Mamut y no hay manera de verlo y de no adorar a sus conductores, los fabulosos Nora Huerta, Jairo Calixto Albarrán y Fernando Rivera Calderón.

¿Por qué? Porque dicen hasta lo que no y lo gozan que da gusto mirarlos, escucharlos y comentar, en las redes sociales, lo que van sacando.

Operación mamut es el mejor show de humor político que se han hecho en este país desde los tiempos de Chucho Salinas y Héctor Lechuga donde se defiende al gobierno con un veneno sabrosísimo.

Usted va a pensar que ya me volví loco, ¿pero sabe a qué me recuerda? A “la carabina de Ambrosio” donde de repente vemos unos muñequitos como los de Don Facundo, luego la parodia de una telenovela y de ahí pasamos a un montón de sketches entre música, entrevistas y más, mucho más.

De hecho, la concepción visual de Operación mamut es ésa, pero corregida y aumentada con la grandiosa participación de Conchi León y de una extraordinaria banda de mujeres.

Me encanta esta propuesta porque, a diferencia de otras, no está hecha por gente que negada para salir en televisión ni por comunicadores que no llegan a donde tienen que llegar por no dejarse producir, por permitir que la vanidad aniquile sus mensajes.

Nora, Jairo y Fernando dominan el cuadro, son grandes expertos en humor político, caen muy bien y hacen unas entrevistas sensacionales como la que le hicieron al maravilloso Edy Smol.

Luche por ver el episodio dos de esta joya este domingo porque estoy seguro de que, con todo lo que ha pasado, estos señorones le van a mover el tapete a más de una personalidad. ¿O usted qué opina?

Libertad de expresión
¿Qué piensa usted de la libertad de expresión en México? ¿Existe? ¿Es un mito? ¿Vivimos en una dictadura donde está prohibido criticar? ¿Vamos de mal en peor?

Creo que estamos viviendo la gran época de oro de la libertad de expresión, un momento histórico donde tenemos opciones de todo para todos y el estreno, casi simultáneo, de Joaquín, Marín de do pingüé y Operación mamut lo demuestra.

Ahora le toca a usted elegir, mirar, comparar y sacar sus propias conclusiones. Por favor hágalo. Vale la pena. ¿A poco no? ¡Felicidades!