Bonilla tuvo tiempo para desarrollar sus habilidades en telenovelas, series de televisión o películas, pero también ejerció como director y productor
El actor mexicano Héctor Bonilla, quien murió debido al cáncer, tuvo una prolífica vida en torno a su mayor pasión, el teatro, y otras disciplinas que fue descubriendo a lo largo de su vida.
Nacido en 1939 en Ciudad de México, Bonilla tuvo tiempo para desarrollar sus habilidades actorales en telenovelas, series de televisión o películas, pero también ejerció como director, productor e incluso músico.
Estudió en la Escuela Nacional de Teatro del Instituto Nacional de Bellas Artes de México (INBA), donde desarrolló el talento interpretativo que lo llevaría a participar en más de 30 películas y otras tantas telenovelas.
A sus 80 años y a pesar de padecer cáncer de riñón desde principios de 2019, continuó ejerciendo su profesión hasta sus últimos días y recibió este mismo año el premio Ariel de Oro que otorga la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas (Amacc).
Este premio, el máximo galardón que otorga la industria del cine de México, fue el broche de oro a una carrera estelar que Bonilla catapultó internacionalmente con ‘Rojo amanecer‘ (1990), una cinta que narra el movimiento estudiantil y la matanza de Tlatelolco, en Ciudad de México, el 2 de octubre de 1968.
Otro de los trabajos que le proporcionó gran reconocimiento fue la obra de teatro “¡Vivan los muertos!”, en la que el Gobierno mexicano implementó un programa que ofrecía entradas sin costo a niños analfabetas y de clase baja.
“Si somos estrictos la única escuela de actuación real que existe es el teatro. Si tienes dos meses de ensayo y luego el tiempo que dura la representación, cada vez lo harás mejor. Pero en el cine… ¿15 tomas? Eso no es nada”, explicó Bonilla en un homenaje que le rindió la Secretaría de Cultura y el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) el 14 de agosto de 2019.
Durante este evento, el artista aseguró que los premios que le han dado mayor satisfacción han sido los “no promocionados“.
“He tenido la enorme satisfacción de que autores de obras me hayan dicho que en ese papel yo era el que mejor lo había hecho”, detalló el fallecido actor.
De nombre completo Héctor Hermilo Bonilla Rebentun, el actor estuvo casado con la actriz mexicana Socorro Bonilla entre 1976 y 1983, y posteriormente, en 1985 contrajo matrimonio con Sofía Álvarez, también actriz, dobladora y cuentista, con quien convivió hasta el final de sus días.
Durante el evento de homenaje a los 57 años de carrera de Bonilla, que estuvo lleno de emociones y recuerdos, su esposa tuvo numerosas palabras de agradecimiento y reconocimiento para quien fue su compañero de vida: un hombre trabajador y congruente.
“Héctor es un actor que trabaja en cualquier lugar que lo requiera, por muy modesto que sea. (…) Es un hombre congruente y generoso: es lo que es y es lo que hay”, dijo durante la celebración.
El propio actor asumió que ese homenaje y otros que recibió durante ese año como un punto de inflexión pero también aclaró que tenía todavía mucha energía y ganas de seguir adelante con su vida y con su profesión.
“Amo la vida profundamente, tengo la enorme suerte de haber encontrado a mi mujer, llevar 38 años de convivencia con ella y tener tres hijos y siete nietos a los que amo profundamente”, detalló durante otro homenaje en la Cineteca Nacional en junio de 2019.
“Se acabó la función, no estén chingando (molestando). El que me vio me vio, no queda nada”, dijo en el evento del INBA, en una clara analogía de su vida con su obra y que al final se convirtió en su epitafio.
Con información de EFE