El exesposo de Britney Spears intentó interrumpir este jueves la boda de la cantante con Sam Asghari
El exmarido de Britney Spears, Jason Alexander, intentó interrumpir este jueves la boda de la cantante con Sam Asghari, su novio desde hace cuatro años, al acceder a su hogar horas antes de que la pareja contrajera matrimonio en una ceremonia privada.
El diario TMZ fue el primero en adelantar este enlace, organizado en secreto por Spears en su residencia de Los Ángeles y que, según la prensa estadounidense, no contará con la asistencia de la familia de la cantante.
Alexander, quien contrajo matrimonio con la intérprete de “Baby One More Time” en 2004 durante un viaje en Las Vegas (EE.UU.) pero firmó el divorcio 55 horas después, logró acceder a la casa de Spears y grabar los preparativos del enlace.
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El hombre logró esquivar el perímetro de seguridad de la mansión, ubicada en el sur de California, y retransmitió en directo a través de Instagram su recorrido por los pasillos de la casa hasta que encontró una carpa decorada como una capilla en la que, aparentemente, se celebrará la boda.
Allí, Alexander preguntó a un grupo de operarios dónde estaban Spears y su familia.
Britney Spears me invitó aquí. Ella es mi primera mujer, mi única mujer. Soy su primer marido. Estoy aquí para parar la boda”, gritó a los agentes de seguridad mientras continuaba la emisión.
Finalmente, el hombre fue detenido.
Spears y Asghar han estado preparando este enlace desde noviembre, cuando ambos se prometieron, según reveló una fuente cercana a la pareja citada por la revista People.
“Es muy importante para ella que finalmente pueda casarse. Quiere que sea perfecto, así que está tan nerviosa que está agobiada. Ella es muy sensible”, contó está fuente que el medio no reveló.
Se desconoce la lista de invitados al enlace, aunque medios como Fox News han afirmado que Madonna, Paris Hilton y otros rostros conocidos acudirán a la cita.
A finales del año pasado la Justicia de California puso fin a la tutela por la que el padre de la cantante llevó las riendas de sus finanzas y vida personal durante casi 14 años, una situación legal tan controvertida que derivó en escándalo internacional gracias a la insistencia de los fans de Spears.
La artista, que ha vendido más de 100 millones de discos, ha recuperado su autonomía y pronto podrá hacer uso de su patrimonio de 60 millones de dólares, una situación radicalmente diferente a la de hace unos meses, cuando tenía que pedir permiso para salir de casa..
La primera decisión que tomó tras el fin de la tutela fue su compromiso con Sam Asghari, un bailarín al que conoció en 2016 durante el rodaje del videoclip “Slumber Party”.
Con información de EFE