
La OCDE reveló este 2 de diciembre su análisis de perspectivas para la economía de México en 2025 y el 2026
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) prevé que la desaceleración económica en México en 2025 y 2026 será levemente mayor que la que estimó en su informe de septiembre.
The global economy continues to show resilience, with GDP growth projected at 3.2% in 2025, 2.9% in 2026, and 3.1% in 2027.
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— Mathias Cormann (@MathiasCormann) December 2, 2025
En ese análisis de perspectivas de septiembre, cifró el crecimiento económico del producto interior bruto (PIB) de México en el 0.8 % para 2025 y en el 1.3 % para 2026.
Ahora, en el documento que divulgó este martes 2 de diciembre, el organismo rebajó levemente esas cifras de crecimiento: al 0.7 por ciento en 2025 y al 1.2 % en 2026. Para el 2027 estima un repunte del 1.7 por ciento.
En 2022, México creció el 3.7 por ciento; en 2023, el 3.2 % y en 2024, el 1.2 por ciento.
Según la OCDE, esta moderación responde a una combinación de factores: la moderación en el consumo privado, la desaceleración del empleo formal, la debilidad en las exportaciones automotrices y la depresión de la inversión privada debido a la incertidumbre por la guerra comercial desatada por Estados Unidos.
El gasto y la inversión públicos seguirán contenidos debido al proceso de consolidación fiscal. Las exportaciones se verán afectadas por aranceles más altos y por la incertidumbre. La baja en las tasas de interés dará cierto impulso a la inversión, pero su recuperación será gradual debido a la persistente incertidumbre interna y externa”, indica la OCDE en su informe.
Además, apunta que la implementación de un marco fiscal de mediano plazo ayudaría a reducir el déficit y a crear espacio para inversiones que impulsen la productividad, especialmente en educación.
El organismo recuerda que el Tratado comercial entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) -que será revisado el próximo año- ha funcionado como un escudo importante frente al aumento de las restricciones comerciales y la incertidumbre.
Entre las prioridades están mejorar la recaudación del impuesto a la propiedad inmobiliaria y fortalecer la administración tributaria -incluida su digitalización-, así como simplificar y digitalizar las regulaciones empresarialies, además de aplicar de manera sistemática análisis costo-beneficio a proyectos de infraestructura y focalizar los programas sociales para mejorar la eficiencia del gasto público.
“Dada la alta vulnerabilidad de México al cambio climático, fortalecer la adaptación -incluyendo la mejora de los sistemas de alerta temprana y la ampliación de la cobertura de seguros contra riesgos climáticos- es una prioridad”, apuntó.
La OCDE también señaló que el Banco de México ha continuado su ciclo de relajación monetaria, reduciendo la tasa de referencia a 7.25 por ciento en noviembre y que según sus proyecciones, la tasa podría llegar a 6.25 % para finales del 2026.
En este sentido, el organismo consideró que pese a que la inflación disminuirá de manera gradual, “las perspectivas tanto para el crecimiento como para la inflación siguen siendo inciertas”.
Explicó que esto se debe a la alta exposición de México al mercado estadounidense, la desaceleración prevista en Estados Unidos y unas condiciones financieras más estrictas, lo que podría afectar “más de lo anticipado” a las exportaciones y la inversión.
“Además, un aumento en la aversión global al riesgo y la volatilidad cambiaria podría elevar los costos de endeudamiento soberano y restringir aún más el espacio fiscal. Un posible incremento de aranceles a las importaciones mexicanas provenientes de países sin acuerdos comerciales podría generar presiones adicionales sobre los precios”.
No obstante, reconoció que una reducción de la incertidumbre -si se logra una renegociación rápida y exitosa del acuerdo comercial con EE.UU. y Canadá- podría impulsar la inversión y las exportaciones con más fuerza de la actualmente prevista.
Con información de EFE