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Cómo ser dueño de una empresa sin ser el jefe
Joan Segura.

Tras terminar la universidad, Joan Segura ganaba más dinero del que gastaba porque todavía vivía con sus papás, por lo que empezó también a ahorrar dinero.

Cuando llegué al ahorro de 20,000 pesos, quise invertirlos –porque todo mundo te dice que ‘hay que invertir’– pero entonces llegué a la casa de bolsa y me dijeron que necesitaba un millón, para poner una taquería no me alcanzaba, entonces me junté con amigos, pero tampoco nos alcanzaba para un negocio”, recuerda.

“Entonces decidimos que lo que había que hacer era crear una plataforma que permitiera a toda la gente invertir, porque quienes tienen 20 millones ya tienen diferentes opciones, como ejecutivos en bancos o casas de bolsa y amigos que les prestan, pero los que tenemos 20,000 no tenemos a nadie”.

Así, este emprendedor creó hace tres años Play Business, una plataforma mexicana de inversiones colectivas (crowdfunding) que hoy tiene más de 60 mil usuarios, 5,000 empresas y más de 200 millones de pesos transaccionados.

El objetivo de esta startup es que prácticamente cualquier persona mayor de edad y con una cuenta bancaria pueda ser inversionista en diferentes empresas, invirtiendo montos mínimos que pueden rondar los 5,000 o 7,000 pesos, llevando a cabo todos los trámites a través de internet.

De esa manera, explica Joan, una persona puede ser dueño de una empresa y recibir beneficios por ello cada cierto tiempo.

La regulación en México

Empresas como esta funcionan bajo la regulación de las Fintech (tecnología financiera) en México y operan como intermediarios en transacciones como préstamos, compras, ventas, transferencias de dinero y venta de títulos financieros.

En los últimos años, este modelo ha experimentado un importante crecimiento a nivel mundial (66% en Latinoamérica durante 2018) y en México es una opción para las personas que no tienen acceso a servicios bancarios pero requieren servicios como financiamientos.

La legislación al respecto es nueva en todo el mundo, pero en México se han dado pasos importantes al respecto en los últimos años, por lo que ahora muchas empresa que se dedican a este negocio se encuentran en proceso de certificación.

El dueño no es solamente el que da órdenes

Joan, egresado de Ingeniería Mecatrónica y que tiene 32 años, dice que un inversionista es también dueño de una empresa.

Ser dueño de un lugar no es necesariamente el que se levanta temprano y da órdenes, sino que también puede significar que al final del mes o del año vean los números y del dinero que ganó la empresa se reparta una parte entre los dueños”, explica. “Eso hace Coca-Cola todos los trimestres y una taquería lo hace todos los meses”.

Durante la presentación de la incorporación del restaurante La Cervecería del Barrio a este modelo (en el que las personas pueden invertir desde 7,500 pesos y que hasta el momento tiene más de mil inversionistas y más de 20 millones de pesos recaudados en un mes), el emprendedor aseguró que las empresas siempre necesitan financiamiento para crecer.

Pero en México, el financiamiento bancario es complicado, las tasas de interés son altas y pocas empresas tienen acceso a financiamiento barato; además, en términos de capital, los mercados públicos son eficientes, pero están reservados para muy poquitas empresas, solamente 150 tienen acceso a los mercados públicos”, expone.

Así, esta Fintech va por los pequeños inversionistas, un área de oportunidad que pocos han querido explorar en México. “Elegimos el camino difícil, porque es más difícil convencer a mil, que sentarse con alguien que tenga 20 millones, pero creemos que estamos por la vía correcta”, apunta Joan.

“Ser inversionista suena a algo complicado y a que sólo el ‘Lobo de Wall Street’ lo puede hacer, pero la realidad es otra”, reitera.

Consejos para convertirse en inversionista

Para alguien que quiera invertir, Joan aconseja que siempre debe ser en un área que conozca el posible inversionista o en la que tenga experiencia: “Por ejemplo, si no entiendes de bitcoin, no inviertas en eso”, apunta.

Otro consejo es que no inviertas todo tu dinero, puedes empezar con un poco mientras conoces cómo funciona”, agrega.

Por último, indica que es importante diversificar las inversiones, no tener todo el dinero en el mismo lugar y hacerlo mediante diferentes empresas.

Joan dice que el dinero que se genera de este tipo de inversiones funciona como un “extra” y que ayuda a tener capital para algún imprevisto, como un despido o alguna emergencia.

“En Estados Unidos, el millonario promedio, es decir, las personas que tienen más de un millón de dólares, tienen 60 fuentes de ingreso diferentes”, ejemplifica.

Con información de Carlos Tomasini