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CEPAL prevé “profunda recesión” en América Latina por COVID-19
Foto de CEPAL

Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) de las Naciones Unidas, afirmó que la región se encuentra ante el comienzo “de una profunda recesión” por la crisis provocada por la pandemia del coronavirus COVID-19.

“Estamos ante el principio de una profunda recesión. Estamos ante la caída del crecimiento más fuerte que ha tenido la región”, dijo durante la presentación de un nuevo informe sobre los efectos económicos y sociales del COVID-19 en América Latina y el Caribe.

Desde la sede central de la CEPAL en Santiago de Chile, afirmó que la única opción estratégica en el mediano plazo para mitigar los efectos del coronavirus en la región, es avanzar hacia un nuevo modelo de desarrollo a través de una mayor integración y contundencia de la respuesta económica.

“El mundo y la región enfrentan una recesión que va a tener efectos de corto y largo plazo. La pregunta es cómo minimizar sus costos y retomar el crecimiento. La magnitud dependerá, entre otros factores, de la contundencia de la respuesta económica, en la que la política fiscal tiene un papel fundamental”, enfatizó Bárcena.

El informe América Latina y el Caribe ante la pandemia del COVID-19: efectos económicos y sociales aborda la coyuntura, los escenarios y las proyecciones hacia 2030, ante la crisis pandémica global.

El documento tambien expresa la urgencia de que la región implemente acciones inmediatas que permitan aplanar la curva de contagio por la enfermedad, sin aplanar la curva de la economía.

En este sentido, la CEPAL instó a los gobiernos de América Latina y el Caribe a tomar medidas urgentes para abordar la emergencia sanitaria, la emergencia social y la emergencia económica.

También hizo un llamado a los países a repensar sus estrategias de desarrollo y fortalecer la coordinación e integración subregional y regional con el fin de asegurar las cadenas de suministro de bienes críticos, aliviar la pobreza y fomentar la reducción de la desigualdad, así como fortalecer el comercio intrarregional y las cadenas de producción.

“El mundo se encuentra ante una crisis humanitaria y sanitaria sin precedentes en el último siglo en un contexto económico ya adverso. A diferencia de 2008, esta no es una crisis financiera sino de personas, producción y bienestar. Una situación de economía de guerra es demasiado importante para dejarla al mercado. Los Estados están asumiendo un papel central para suprimir el virus y los riesgos que afectarán a la economía y la cohesión social”, agregó la secretaria ejecutiva.

Agregó que la cooperación internacional juega un rol fundamental, por lo que “el papel de la ONU, el FMI y el Banco Mundial será esencial para garantizar el acceso al financiamiento y sostener el gasto social y la actividad económica con medidas innovadoras”.

Explicó que para apoyar el seguimiento y monitoreo de avances a mediano y largo plazo, la CEPAL puso en marcha, con el apoyo de los coordinadores residentes de las Naciones Unidas, el Observatorio COVID-19 que presentará información actualizada sobre los anuncios de política de cada país.

De acuerdo con el estudio presentado, la región enfrenta la pandemia desde una posición más débil que la del resto del mundo, pues antes de la llegada del COVID-19, la CEPAL preveía que crecería un máximo del 1.3 por ciento en 2020. Sin embargo, los efectos de la crisis han llevado a cambiar esa previsión y pronosticar una caída del Producto Interno Bruto (PIB) de -1,8 por ciento, aunque no descarta que se llegue a contracciones de entre -3 por ciento y -4 por ciento, o incluso más.

Ante dicho panorama, la Comisión advirtió que el impacto económico final dependerá de las medidas que se tomen a nivel nacional, regional y global.

Según la CEPAL, para abordar la emergencia sanitaria se deben aplicar, inmediata y eficientemente, las medidas de contención sugeridas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), así como fortalecer los sistemas de salud y garantizar acceso universal a pruebas, medicamentos y curas.

Para abordar la emergencia social, añadió, son necesarias medidas de protección de los ingresos para los grupos más vulnerables, medidas de protección del empleo, como los subsidios de desempleo e ingreso básico de emergencia, y medidas de apoyo a las pequeñas y medias empresas (PYMES) y los trabajadores por cuenta propia.

Mientras tanto, para abordar la emergencia económica, señaló, se requieren acciones de política fiscal, de política monetaria y de cooperación internacional.

  • En materia fiscal: se deben reorganizar presupuestos para implementar paquetes de estímulo fiscal a fin fortalecer los sistemas de salud, proteger los ingresos y minimizar la contracción de la economía.
  • En el área monetaria: hay que procurar la estabilización de los tipos de cambio y preservar la solvencia y el funcionamiento del mercado bancario.
  • En la cooperación internacional: es necesario reconsiderar las políticas de préstamos concesionales y de graduación de los organismos internacionales. También facilitar los préstamos a bajo interés y postergar el servicio de deuda a los países en vías de desarrollo, incluidos los de renta media.

Con información de López-Dóriga Digital