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Centroamérica debe integrarse para enfrentar problemas sociales, dice BID
Vendedores ambulantes en Tegucigalpa, Honduras. Foto de EFE

La crisis del coronavirus va a incrementar la pobreza y generará una fase desfavorable en Honduras, por lo que el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) ve necesario que Centroamérica haga un esfuerzo para avanzar en el camino integracionista impulsado desde 1986 para enfrentar los problemas sociales.

Así lo dijo este viernes en entrevista con Efe el representante del BID en Honduras, Eduardo Almeida, quien considera que la polarización en la región ha generado “menos acuerdos y menos integración” entre los países.

“La crisis terminó por aumentar un poco, de manera significativa en algunos casos, esta polarización (en la región), porque los países tienen cada uno sus presiones políticas, pero también sus urgencias de aumentar la economía”, subrayó.

Almeida indicó que los Gobiernos deben buscar la forma de “volver a afianzar a Centroamérica como una región, para compartir experiencias y problemas sociales”.

La migración irregular y la reducción de las remesas, señaló, afectan a todos los países centroamericanos, situaciones que antes de la crisis “ya eran problemas” que deben resolverse “de manera integral”.

“Es el momento de que se sienten los países y como bloque se pueda pensar cómo enfrentar los problemas de la migración y la reducción de las remesas”, destacó Almeida, quien también abogó por “volver a la solidaridad” en la región.

Indicadores económicos en 2020 serán ‘un desastre’

El representante del BID aseguró que los indicadores económicos de Latinoamérica, especialmente de Centroamérica, en 2020 serán “un desastre”, aunque destacó que Honduras ha tenido “un desarrollo macroeconómico muy importante” en los últimos meses.

Las autoridades deben comenzar a planificar sobre el endeudamiento, los ingresos fiscales, la priorización de gastos e inversiones para que en 2021 “se pueda volver a ver los indicadores macroeconómicos de antes”, sostuvo.

Los indicadores macroeconómicos inciden de manera directa en el “costo de la deuda del país”, señaló Almeida, quien dijo que, en el caso de Honduras, el Gobierno debe priorizar en tres pilares: atención sanitaria, cooperación económica y protección social.

La atención de salud va de la mano con la cooperación económica, pero en muchos países se ha generado “una mayor polarización sobre si se debe dejar morir a la gente de la enfermedad o de hambre”, agregó.

Anunció además que Honduras creará una comisión orientada a buscar “una apertura segura e inteligente” de la economía bajo protocolos de bioseguridad, pero también tiene que garantizar la atención de la salud a la población.

Al menos 30 restaurantes y cafeterías han abierto de manera gradual en las dos últimas semanas en Tegucigalpa, capital de Honduras, país que registra 2 mil 318 casos de coronavirus y 133 muertos.

Pensar en la recuperación

Almeida indicó que es “muy difícil saber qué va a pasar” con la economía hondureña, ya que dependerá de lo que dure la crisis y de los efectos de la pandemia en Estados Unidos.

“Se puede tener una visión más o menos con lo que está pasando en Estados Unidos, se espera que ese país tenga una caída del 6 por ciento de su economía, y entonces las previsiones para Honduras serían perder un 4 por ciento este año en su economía”, explicó.

En su opinión, más que prever lo que pasará este año con la economía de Honduras, lo más importante es analizar “cómo será la recuperación económica” en 2021.

Si la pandemia continúa hasta final de año, añadió, la economía hondureña en 2021 no tendrá una “recuperación muy fuerte”, por lo que las autoridades deben trabajar en políticas públicas.

“Este año va a ser de mucha recesión y el próximo año, para algunos sectores, será de recuperación”, enfatizó el representante del BID en Honduras.

Amenazados de nuevo por la pobreza

Miles de hondureños podrían caer de nuevo en la miseria debido a la crisis económica que provocará el coronavirus en Honduras, donde el 48.3 por ciento de los más de 9.2 millones viven bajo el umbral de la pobreza y el 22.9 por ciento en pobreza extrema, alertó Almeida.

“Toda la población que es vulnerable (…) podría volver a la pobreza, pero también nuevos grupos de personas podrían caer en la pobreza”, subrayó Almeida, quien instó al Gobierno a impulsar políticas de protección social.

El elevado grado de economía informal existente en Honduras es uno de los principales obstáculos para el crecimiento de la nación, pero también es uno de los sectores más afectados por la pandemia.

La informalidad está “asociada a la pobreza” en Honduras, donde la mayoría de los hondureños viven y trabajan al día bajo condiciones de desprotección laboral, por lo que la falta de ingresos “aumenta su vulnerabilidad”, enfatizó.

Mecanismos compensatorios ante la informalidad

Las autoridades deben apoyar a los trabajadores informales, a quienes el toque de queda, que comenzó a mediados de marzo pasado y está en vigor hasta el 17 de mayo, los ha perjudicado, a través de “mecanismos compensatorios”, como transferencias monetarias, agregó.

En el caso de los empleados que trabajan en turismo, uno de las industrias que tardará “más en recuperarse”, es necesario promover becas de formación para evitar la migración de talento a otros sectores, señaló.

Los empleados informales requieren “políticas de protección social, transferencias monetarias y apoyo de servicios como educación y salud”, explicó.

Entre el 70 y 80 por ciento de la población económicamente activa de Honduras trabaja de manera informal, señaló Almeida, quien exhortó al Gobierno a generar empleo y mejorar la educación para erradicar la informalidad.

Con información de EFE