El dominio de Serena Williams ha sido tal en este Abierto de Australia que no ha perdido un solo set en todo el torneo
Cuando Serena Williams juega tan bien como lo hizo en las semifinales del Abierto de Australia, es poco lo que las oponentes pueden hacer para ponerla en aprietos. Ni siquiera una rival que pronto ocupará el tercer puesto del ranking mundial.
“Sencillamente me quedé ahí parada mirándola”, dijo Agnieszka Radwanska el jueves después de ser apaleada 6-0, 6-4 por Williams. “No cometió un solo error. Su saque estuvo increíble. Se la jugó en todos los puntos, no pude hacer mucho. En realidad, no pude hacer nada”.
Esa es la sensación generalizada que Williams ha dejado entre las oponentes que despachó en su recorrido hasta la final, su séptima en Melbourne Park. Su dominio ha sido tal en este Abierto de Australia que no ha perdido un solo set, algo que jamás logró en sus 15 participaciones previas.
La estadounidense cedió apenas 26 games en seis partidos, una cifra que sólo superó cuatro veces en su carrera en los Grand Slams.
Williams parece tan sorprendida como el resto por lo bien que está jugando. La número uno dijo que no esperaba estar tan certera luego de tomarse un receso de cuatro meses tras el Abierto de Estados Unidos del año pasado.
Williams sin duda luce rejuvenecida. Ante Radwanska, ganó el primer set en apenas 20 minutos y permitió apenas un winner a su oponente polaca.
Aunque su dominio no fue tan abrumador en el segundo set, Williams consiguió un quiebre crucial en el noveno game para irse arriba por 5-4, y luego sentenció el partido en 64 minutos. La diferencia final en winners fue de 42-4.
“Ella sale a la cancha y simplemente quiere matarte”, resumió Radwanska. “Creo que nadie puede jugar a ese nivel”.
Redacción