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Sergio Busquets, el jugador que todos los entrenadores quieren ser
Foto de FC Barcelona

“Es muy inteligente, lo entiende todo. No es fácil jugar en el mejor equipo del mundo. Si sobrevives tantos años en el Barcelona es que eres muy fuerte, porque si no te quitan el puesto. Yo fui un afortunado de poder entrenarle”, afirma Pep Guardiola sobre Sergio Busquets.

Guardiola lo conoce bien, porque él fue quien le hizo debutar con el primer equipo azulgrana el 13 de septiembre de 2008, en la visita del Racing de Santander al Camp Nou, en la segunda jornada de Liga.

El Barça, que venía de caer en Los Pajaritos ante el Numancia (1-0) en su estreno en la competición, volvía a pinchar de nuevo contra un rival menor (1-1), esta vez en su primer partido como local.

El proyecto de Pep arrancaba con mal pie y aquel espigado chaval de 20 años, hijo de un estrafalario portero del Barça de los 90, que acaba de debutar despertó el recelo y la desconfianza en el aficionado culé.

Pero Johan Cruyff, que siempre veía el futbol un paso por delante de los demás, lo tuvo claro desde el principio. “Técnicamente es superior a Touré Yaya y Keita, y posicionalmente, parece un veterano. Con y sin balón”, destacó tras el estreno del futbolista de Badía del Vallés.

Después de aquel empate, los azulgranas encadenaron nueve victorias que pondrían los cimientos de la primera Liga de la era Guardiola, mientras Busquets se iba consolidando como escudero de Xavi e Iniesta, en un centro del campo de leyenda que lo acabaría ganando todo, en el Barcelona y en la selección española.

De las críticas, tampoco se libró Sergio en su debut mundialista con la ‘Roja’, el 16 de junio de 2010. Por aquel entonces, ya tenía 22 años y era titular indiscutible como mediocentro del Barcelona.

Pero la selección española perdió su primer partido de la fase de grupos ante Suiza (1-0) en el Mundial de Sudáfrica, y Busi se llevó todos los palos por su actuación en el doble pivote junto a Xabi Alonso.

El seleccionador, Vicente del Bosque, cerró el debate en la rueda de prensa posterior al partido: “Si yo fuera jugador, me gustaría parecerme a Busquets; lo hace todo bien”.

Con un Sergio Busquets imperial, España ganaría los seis partidos siguientes y se convertiría, por primera y única vez en su historia, en campeona del mundo, y también ganaría la Eurocopa dos años después.

Es un jugador de leyenda. Uno de los mejores mediocentros del fútbol mundial y el mejor centrocampista defensivo de la historia de España”, comentaba Xavi Hernández de él cuando este anunció su retirada de la selección.

Entonces, su actual entrenador en el Barça ya sabía que sería muy complicado convencerle de que siguiera al menos un año más y no se cansaba de repetir lo difícil que sería encontrar un sustituto en su posición si finalmente se marchaba.

Y es que para Xavi, siempre ha sido un jugador infravalorado: “Busi hace de todo en el centro del campo y, sin embargo, nunca compite por el Balón de Oro. Me parece un escándalo”.

Pero a Busquets, las galas y los premios jamás le importaron: “No te diré que no me hace ilusión, pero no es una cosa prioritaria para mí ni le doy mucho valor. Me importan más los elogios de los entrenadores, compañeros o de la gente del fútbol que no lo que dice un jurado, que lo que busca es el futbolista mediático. Y yo no lo soy”.

Efectivamente, Sergio Busquets ha huido siempre de la fama, de los cambio de ‘look’, de los tatuajes, la ropa de marca y los deportivos de lujo. Porque ha vivido fuera de los terrenos de juego con la discreción y sencillez con la que siempre ha actuado sobre el césped.

Y esa ha sido su principal virtud: hacer fácil lo difícil, convertir lo que parece complicado en algo de los más simple. Como despedirse del club de su vida en las redes sociales con un vídeo de apenas dos minutos.

A punto de cumplir 35 años, Busquets, que asumió los galones como primer capitán desde que se fuera Messi en agosto de 2019, ha dicho basta. Era el último futbolista que quedaba de la época dorada del conjunto azulgrana.

El faro que, desde el pivote defensivo, guio al mejor Barça de la historia gracias a su inteligencia táctica y su intuición para estar siempre en el momento justo en el sitio adecuado, tanto en la recuperación del balón como en el inicio de la jugada.

Por eso, cuelga la zamarra azulgrana con un palmarés solo al alcance de los más grandes: 31 títulos (8 Ligas, 7 Copas del Rey, 7 Supercopas de España, 3 Ligas de Campeones, 3 Mundiales de Clubes y 3 Supercopas de Europa), que seguramente sean 32 dentro de unos días, cuando el Barcelona se proclame de nuevo campeón de Liga.

Uno de los artífices del sextete de 2009 con Guardiola y del triplete de 2015 con Luis Enrique, al que también tuvo como seleccionador.

Busi es una garantía, un jugador excepcional muchas veces injustamente criticado. Es indispensable para mí, me gustaría poderle dar descanso, pero es un capricho que no me puedo permitir”, llegó a decir Lucho de él.

Y es que Sergio Busquets ha sido indiscutible con todos los entrenadores que ha tenido durante los últimos tres lustros. Por eso lleva 719 partidos disputados como azulgrana, solo por detrás de Messi (778) y el propio Xavi (767) como el futbolista que más veces ha defendido la camiseta del Barça.

Durante todos estos años ha sido la extensión en el terreno de juegos de sus entrenadores. Porque todos los técnicos que lo han tenido a sus órdenes querían ser Sergio Busquets.

A él, si un día inicia su carrera como técnico después de colgar la botas, no le hará falta. Algo que Guardiola tiene claro: “Estoy convencido de que será entrenador y que tarde o temprano le veremos en un banquillo”.

Con información de EFE