El gobierno español, la RFEF y la FIFA temen que el partido represente un importante altavoz para el independentismo catalán
La posibilidad de disputar el partido Girona-Barcelona el próximo 26 de enero en Miami se ha complicado mucho desde el martes. Esto debido a las preocupaciones de llevar al extranjero un encuentro que podría incluir una importante carga política.
Informes señalan que tanto el Gobierno Español como la Federación Española y la FIFA consideraron inapropiado y fuera de lugar la decisión de La Liga de aprobar el partido en tierras estadounidenses.
Señalaron que al presidente de España, Pedro Sánchez, le preocupa especialmente que el encuentro suponga un altavoz al independentismo catalán, por lo que no es el momento ni las formas para realizar este partido.
Asimismo, destacaron que el cambio de escenario también perjudicaría a las aficiones de ambos clubes y la competencia al no ser de fuerza mayor.
Cabe destacar que aún no hay una decisión oficial sobre cancelar o mantener el encuentro como se ha planteado.
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