
Los siete dirigentes acusados de lavado de dinero y sobornos cambiaron los lujos y comodidades por la vida en cárceles suizas.
En el hotel Baur aur Lac de Zúrich, los dirigentes de la FIFA podían dormir en amplias y lujosas habitaciones que costaban cientos de dólares, pero ahora los siete señalados por casos de corrupción viven una realidad completamente distinta en cárceles suizas.
Jeffrey Webb, vicepresidente de FIFA, y sus otros colegas, que podrían alcanzar penas de hasta 20 años de cárcel, duermen en literas con colchones duros, solo pueden ejercitarse fuera de su celda durante una hora en el patio y su comida es servida en bandejas tres veces al día.


Todos ellos son tratados, quizá por primera vez en decenas de años, como ciudadanos cualesquiera y no con los lujos y comodidades a los que estaban acostumbrados.
No pueden comunicarse entre ellos ya que están recluidos en cárceles distintas, tampoco con otros directivos de la FIFA, aunque sí por sus conocidos y abogados.
Todos ellos rechazaron volar voluntariamente a Estados Unidos, por lo que podrían pasar semanas en estas prisiones suizas en lo que su extradición se concreta.


Varios dirigentes presuntamente han solicitado salir bajo fianza porque aseguran que sus edades y condiciones de salud no les permiten permanecer encarcelados, tal como pasó con Jack Warner la semana pasada.
Los siete están acusados por el FBI de posibles actos de lavado de dinero, fraude, sobornos y corrupción. Mientras que una investigación adicional de las autoridades suizas también los investigan por sobornos en el proceso de elección de sedes para los mundiales de 2018 y 2022.
Por su parte, Joseph Blatter, presidente de la FIFA, ha reiterado que no hay posibilidades de que el escándalo de corrupción llegue hasta su despacho.
Con información de Daily Mail.