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¿Hasta dónde llega la corrección política?
Edinson Cavani. Foto de @ECavaniOfficial

El delantero uruguayo Edinson Cavani agradeció un cumplido de un amigo al que le dice «negrito» usando la frase «gracias negrito». Ahora, el futbolista al que los mexicanos recordamos por su gran actuación contra la selección azteca en el Mundial de 2010, incluida la asistencia al único gol en la victoria charrúa, enfrenta críticas por racista y hasta posibles sanciones por parte de las autoridades inglesas de fútbol.

El domingo, el jugador del Manchester United entró de cambio cuando su equipo perdía 2 a 0 frente al Southampton, en la Liga Premier. El ingreso del uruguayo fue fantástico, con una asistencia y dos goles para que su equipo lograra una emocionante victoria.

Su amigo lo felicitó en Instagram y él le agradeció. Después pidió disculpas por la publicación «gracias negrito». Una expresión considerada afectiva para muchos latinoamericanos, pero también considerada altamente ofensiva en muchas partes del mundo.

La Asociación de Fútbol inglés investiga si sancionar al delantero. Según las nuevas legislaciones de la federación, cualquier jugador que sea hallado culpable de una ofensa discriminatoria es sujeto a una suspensión mínima de seis partidos. Pero si la comisión reguladora no encuentra ninguna «intención genuina» de discriminar o agredir, una eventual suspensión puede ser reducida a tres partidos.

El mensaje que publiqué después del partido del domingo tenía la intención de ser un saludo afectuoso para un amigo, agradeciéndole sus felicitaciones tras el partido. Lo último que quería hacer era ofender a alguien, me opongo completamente al racismo y eliminé el mensaje tan pronto como se explicó que se puede interpretar de manera diferente. Me gustaría disculparme sinceramente por esto”, escribió Cavani.

Su equipo también emitió un comunicado:

Es claro para nosotros que absolutamente no hubo ninguna intención con malicia detrás del mensaje de Edinson, y lo borró apenas se le informó que podría ser descontextualizado. Edinson ha pedido disculpas por cualquier ofensa involuntaria que puede haber causado. El Manchester United y todos nuestros jugadores están totalmente comprometidos con la lucha en contra del racismo”.

Diversos liberales, activistas y movimientos de derechos civiles han adoptado en esta era el discurso de la corrección política, que busca purificar el lenguaje de los términos y expresiones que califican como insultos y sostienen que su uso debería ser socialmente inaceptable.

Y aunque la corrección política ha sido una parte importante de la batalla contra el racismo y una herramienta poderosa para alentar a las personas y las comunidades a reconsiderar ciertas expresiones, gradualmente se va convirtiendo en un problema nuevo, sobre todo si solo uno cuantos se declaran los únicos árbitros de la verdad.

Precisamente la noticia ocurre en Reino Unido, poseedores del representativo sentido del humor inglés. Y es que actualmente, es difícil hacer un chiste que no pueda ofender a alguna minoría o grupo vulnerable. Si le sumamos al dogmatismo, las redes sociales y la globalización, cada vez es más complicado no ofender a nadie. Porque hay toda una historia y cultura detrás de cada chiste.

Si el “Chavo del 8” fuera creado hoy, sería criticado. Especialmente los comportamientos de don Ramón, doña Florinda o del profesor Jirafales podrían ser vistos como extremadamente machistas, racistas o clasistas.

Estos temas imperan en México. Desde la matanza de migrantes en San Fernando, hasta la desaparición forzada de los normalistas de Ayotzinapa, más de la mitad de la población los reconoce, según el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación.
El debate sobre el machismo, el racismo o el clasismo en México ha tomado fuerza recientemente, pero aún no con el peso que se debería por la resistencia de parte de la población a aceptarlos.

Sin embargo, la cuestión es si esta es una forma saludable o incluso productiva de rechazar una expresión. Algunos califican la situación de ridícula que expone a excesos absurdos.

El tema es muy complejo, pues hay mucho dolor histórico al respecto. Si una expresión es ofensiva, entonces es muy entendible que los agraviados expresen su indignación.

Pero el decirle a tu amigo «gracias negrito», para muchos es un tema diferente que preocupa por las nacientes tensiones en la manera en que hoy enfrentamos problemáticas sociales, censurando el discurso público, la libre expresiòn de pensamientos, generando una especie de policía moral que patrulla los medios y las redes imponiendo lo que se puede y no se puede decir.