Una de las cosas que más caracterizan a Ferrari es el ‘Cavallino Rampante’ que protagoniza su logotipo, cuyo origen se remonta a la Primera Guerra Mundial
Ferrari es una de las marcas más reconocidas en el sector automotriz, y uno de sus elementos más característicos es el ‘Cavallino Rampante’ que protagoniza su logo.
El origen de este mítico corcel se remonta a la Primera Guerra Mundial, con Francesco Baracca, uno de los pilotos de combate aéreo más destacados en la historia de Italia, quien derribó 34 aeronaves enemigas.
El biplano de Baracca tenía pintado en el fuselaje la figura de un caballo desenfrenado, el cual sería reconocido como su escudo de armas personal.
En 1923, Enrico y Paolina Baraccca, padres de Francesco, quien murió en combate en junio de 1918, confiaron este símbolo a Enzo Ferrari cuando ganó la carrera llamada “Circuito del Savio“, para que continuara vivo el recuerdo de su hijo.
Cuando Enzo abrió la ‘Scuderia Ferrari‘ en 1929 en Modena, un taller de autos de carreras filial de Alfa Romeo, la imagen del caballo negro parado sobre una pata trasera con un fondo amarillo (color de Modena) con un borde superior con los colores de Italia se convirtió en su emblema.
El logotipo comenzó a aparecer en todas las publicaciones, letreros, papeles con membrete y documentos oficiales de la naciente compañía, pero no en sus autos, que continuaron con la marca Alfa Romeo.
El ‘Cavallino Rampante’ apareció plasmado en los automóviles de la empresa por primera vez en las 24 Horas de Spa en Bélgica, carrera en la que Ferrari metió dos coches.
En 1947, Enzo Ferrari comenzó a fabricar los autos que llevarían su nombre, y en 1949 su modelo 166M ganó las 24 Horas de Le Mans, en el reinicio de esta carrera después de la Segunda Guerra Mundial.
Además del logotipo con forma de escudo y las iniciales de ‘Scudería Ferrari’, también se diseñó un icono cuadrado con el apellido del fundador. En los primeros diseños rectangulares, el casco del caballo tocaba la barra superior de la “F” en el logotipo.
A lo largo de los años, la forma y la apariencia del logotipo de Ferrari han recibido modificaciones continuas, pero se implementan de manera sutil y moderada.
Por Juan Pablo Carreto Esquivel