
Una serie de cambios fueron el inicio de una de las épocas más legendarias del América y de cualquier club del futbol mexicano
En la primera temporada de la década de los 80, la 1980-81, el América no calificó a la liguilla tras una serie de malas actuaciones, lo que desembocó en el despido de un director técnico histórico en los entonces azulcremas: José Antonio Roca.
Otro cambio importante fue ordenado por el mismísimo dueño del equipo, Emilio “El Tigre” Azcárraga Milmo, quien nombró a Emilio Diez Barroso, uno de los más altos ejecutivos de Televisa (también lo unían a él lazos familiares), como presidente de los de Coapa.
Los cambios radicales
Él tomó el puesto que hasta entonces ocupaba un amigo cercano de Azcárraga, Guillermo Cañedo, y desde su llegada al club, el 3 de julio de 1981, decidió emprender cambios radicales en el América y convertirlo en un equipo único en la liga mexicana.
El primero de estos cambios fue nombrar como técnico a un jugador histórico, Carlos Reinoso, quien tomó el timón del América el 10 de junio de 1981 con miras a la temporada 1981-82.
Su plan inicial consistía en tres puntos básicos. El primero era cambiar el mote del equipo, por lo que pasó de “Cremas” a “Águilas”, ya que era un animal aguerrido y que se identificaba con lo que Diez Barroso quería lograr.

El segundo punto era contratar a grandes jugadores extranjeros. En ese entonces, y durante varios años más, el reglamento solo permitía alinear a tres nacidos fuera de México, por lo que debieron ser muy selectos en sus contrataciones.
Así, en los siguientes años, llegaron y se consolidaron figuras icónicas del americanismo, como Norberto Outes, Eduardo Bacas, Nilton Pinheiro da Silva “Batata”, Daniel Brailovsky y Héctor Miguel Zelada.
El uniforme
El tercer punto era cambiar el uniforme por un diseño revolucionario y no usar las típicas rayas o los colores planos, sino de verdad diferenciarse de las demás escuadras nacionales e, incluso, internacionales. Fue así como llegó la camiseta más representativa de la historia del americanismo y que se adelantó a lo que casi 10 años más tarde sería una tendencia mundial.
Primero, cambiaron el crema por el amarillo, y con el fin de que los jugadores se vieran más altos y más fuertes, se le agregó a la camiseta un triángulo azul a la altura del pecho para aparentar que sus hombros eran más anchos; el azul continuaba hacia la parte de la espalda, dándole un toque distintivo en la cancha.
Pero no solo el color y el diseño de la camiseta cambiaba, ¡también su forma!, ya que tenía cuello “en V” (los cuellos solían ser redondos en esos años) y las mangas eran tres cuartos y no cortas, además de que estaban decoradas con unas franjas azules y amarillas. Todo estaba adornado con algunos vivos en rojo y el escudo siempre destacaba en la parte principal. El short azul completaba la combinación.

También tenían versiones en las que se invertían los colores (el triángulo amarillo y el resto en azul) o una que también resultó legendaria en color blanco con el triángulo azul y vivos en rojo.
El primer juego como Águilas
Asimismo, en esa época se estrenó un himno, el cual se tocaba en las bocinas del Estadio Azteca durante los partidos para animar a la afición y que no ha sido cambiado en 35 años; además de que se empezaron a presentar espectáculos de medio tiempo durante los juegos de local en los que participaban figuras de la época, como el grupo infantil Parchis.
Todos estos cambios se presentaron por primera vez el 20 de septiembre de 1981 durante una conferencia de prensa en el Estadio Azteca, pero el primer juego con toda esta nueva imagen se llevó a cabo un día después, la tarde del domingo 21 de septiembre de 1981, contra los Coyotes del Neza en el estadio de Ciudad Nezahualcóyotl.
Por cierto, en ese estadio se jugaba por primera vez un partido oficial tan solo unos días después de que lo inaugurara el presidente José López Portillo, quien solía apoyar a ese municipio del Estado de México, especialmente durante los últimos meses de su mandato.
El juego terminó empatado a 1, pero fue el inicio de una de las épocas más legendarias del América y de cualquier club del futbol mexicano.
Por Carlos Tomasini (@carlostomasini)