Ryan Hoffman, alguna vez un prometedor prospecto del futbol americano, vivía sin hogar y combatiendo adicciones y problemas mentales
Ryan Hoffman, alguna vez un prometedor prospecto del futbol americano, murió atropellado el pasado 16 de noviembre, dando a conocer su trágica historia.
Nacido en Jacksonville, Florida, Hoffman murió a los 41 años luego de que, mientras montaba una bicicleta rosa de niña sin luces, se enfiló hacia el tráfico en sentido contrario, en una vialidad de alta velocidad.
“¿Qué estaba haciendo montando la bicicleta en la autopista, en sentido contrario, en la oscuridad?”, se preguntó Francis Gulzinski, el hombre que atropelló a Hoffman con su Ford Mustang.
“Era como si tuviera un pacto suicida”, afirmó el hombre de 65 años.
La policía logró confirmar la identidad del exjugador de futbol americano colegial gracias a sus huellas dactilares, debido a que no tenía identificación cuando murió, y consigo únicamente llevaba 13 dólares.
Pese a que en la década de los noventa fue un portento físico y una estrella del equipo de Carolina del Norte, antes de su muerte, Hoffman combatía una enfermedad mental mientras vivía en edificios abandonados o terrenos baldíos.
Lo que alguna vez fue una carrera prometedora quedó completamente empañado por problemas con el alcohol y las drogas, así como conflictos legales y de abuso.
Hoffman y su familia creían que los golpes que sufrió durante su carrera como jugador de futbol americano afectaron profundamente su cerebro, lo que lo convirtió en una sombra de su antiguo ser.
Divorciado, con una hija y un hijastro, Hoffman era incapaz de mantener un trabajo y pasó tiempo en la cárcel.
Tras sufrir depresión, sensibilidad a la luz y fuertes dolores de cabeza, a Hoffman lo diagnosticaron con varios desórdenes mentales y de personalidad, como depresión maníaca, pero nunca se pudo determinar la causa de estos.
Luego de que su familia intentó de todo para ayudarlo, su madre comenzó a temer lo peor.
“Si Ryan no consigue ayuda pronto, me temo que lo encontraré muerto en un costado del camino”, dijo Irene, madre de Hoffman. La mujer trató de comunicarse con su hijo poco antes de su muerte, pero este no respondió.
Pese a que su cuerpo fue cremado, su cerebro fue guardado para su estudio. Los resultados de la autopsia se darán a conocer dentro de tres meses, de acuerdo con la oficina del médico examinador de Polk County.
Con información de The New York Times