El dolor crónico es un problema de salud pública y representa una de las 10 primeras causas de atención en salud en México
Casi el 30 por ciento de las personas en México viven con dolor crónico, lo que lo convierte en un problema de salud pública que amenaza con incrementar su incidencia debido al envejecimiento poblacional en próximos años, advirtieron expertos.
“El dolor crónico es un problema de salud pública y representa una de las 10 primeras causas de atención en salud en México y aunque se carece de información estadística, se estima que entre 25 y 29 por ciento de la población vive con esta condición”, señaló en conferencia de prensa la doctora Rocío Guillén, especialista en algología, disciplina dedicada al tratamiento del dolor.
Mientras que de acuerdo con la Asociación Internacional del Dolor, una de cada cinco personas a nivel mundial experimentan dolor crónico diario.
La experta recordó que en algún momento todas las personas llegan a sentir dolor el cual puede ser agudo, que aparece de repente debido a una lesión o enfermedad; o crónico, cuando persiste por más de tres meses.
“Para poder catalogar este tipo de dolor, debe estar de forma constante durante los últimos tres meses en la vida de una persona”, precisó la experta.
Ángel Juárez, presidente de la Asociación Mexicana para el Estudio y Tratamiento del Dolor (AMETD), recordó que este tipo de padecimiento afecta la calidad de vida de las personas, principalmente porque es una enfermedad minimizada, poco diagnosticada y hay quienes agravan el problema al automedicarse y esconder los síntomas.
Juárez precisó que en invierno las bajas temperaturas pueden incidir en un aumento del dolor o incluso en la aparición de algunas dolencias, sobre todo las crónicas, lo cual afecta el bienestar de quienes las padecen.
“Las bajas temperaturas pueden afectar a las personas con enfermedades reumáticas. Además, la disminución de la actividad física debido al clima adverso, pueden contribuir a la exacerbación de los síntomas”, expuso el especialista.
Explicó que al bajar la temperatura se tiene un efecto vasoconstrictor de los vasos sanguíneos que disminuye el riego en la musculatura y puede resultar un entumecimiento y aumento del dolor, sobre todo en los casos crónicos.
“El músculo tiende a contracturarse lo que reduce la elasticidad en tendones y ligamentos, lo que lleva a la articulación a una presión adicional que resulta dolorosa”, explicó.
Entre los dolores crónicos más vulnerables por el clima durante el invierno están la artritis reumatoide y artrosis, fibromialgia y las migrañas.
Los especialistas recordaron que desde hace más de una década la propuesta de tratamiento para el dolor crónico es un abordaje multimodal y multidisciplinario, que incluye medidas farmacológicas, como el empleo de antinflamatorios no esteroideos y analgésicos simples.
Mientras que cuando la intensidad del dolor es severa, el empleo de un analgésico opioide puede ser una opción.
No obstante, recomendaron contar con la guía de un médico para asegurar un tratamiento seguro y eficaz además de algunas medidas como vestir adecuadamente, si se hace ejercicio, calentar antes de salir, mantenerse activo, hidratarse adecuadamente, evitar cambios bruscos de temperatura y consultar con un médico si es necesario tomar suplementos.
Con información de EFE