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Cuatro chilangas que vinieron del espacio
Foto de Carlos Tomasini

En el Centro Histórico de la Ciudad de México hay cuatro viajeras espaciales que viven ahí desde 1893, por lo que ya pueden ser consideradas como chilangas. Se trata de una colección de cuatro meteoritos (o, menor dicho, meteoritias) que se exhiben desde hace más de 100 años en el vestíbulo del Palacio de Minería.

Ahí, prácticamente en la banqueta de la calle de Tacuba, frente al “Caballito” se encuentran “Chupaderos I”, de 14 toneladas; “Chupaderos II”, de 7 toneladas; “Zacatecas”, de 780 kilos, y “El Morito”, de una tonelada.

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Foto de Carlos Tomasini

Las primeras dos meteoritas fueron traídas por tren a la Ciudad de México a finales del siglo 19 desde el antiguo poblado de Huejuquilla, en el desierto de Chihuahua, donde fueron localizadas. Su transportación fue todo un derroche de logística de la época.

En cuanto a “Zacatecas”, fue encontrada por los españoles que explotaban yacimientos de plata en esa ciudad, y “Morito” fue traída desde 25 kilómetros al noroeste de Hidalgo del Parral (en Chihuahua), en donde durante años sirvió como una marca en el camino para las rutas indígenas. De hecho, esta meteorita es única en el mundo, ya que es la más grande que todavía conserva las líneas de su vuelo y el sentido de su caída en la TIerra.

¿Por qué ‘meteorita’?

Una meteorita es un objeto sólido natural que se mueve a través de todo el espacio interplanetario y que se hayan impactado en la superficie terrestre sin desintegrarse completamente. Puede ser de una sola pieza o estar en fragmentos.

La mayor parte de las meteoritas son en realidad fragmentos de asteroides y consisten en materia sólida que, según los expertos, es similar a la que originalmente formaba la Tierra. En el caso de las del Palacio de Minería, se asemejan más a un metal que a una roca.

Su nombre “correcto” es meteoritas, pero también se les puede llamar meteoritos, aerolitos, bólidos, cosmolitos o piedras del cielo.

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Foto de Carlos Tomasini

Poco visitadas

Las cuatro meteoritas del Palacio de Minería conforman una de las colecciones más importantes del mundo por las características y tamaño de sus piezas, además de que han sido objeto de estudio de científicos mexicanos e internacionales.

Aunque llevan ahí más de 100 años, hay personas que nunca se han asomado a verlas, a pesar de que se pueden admirar aunque no haya ninguna actividad en esa sede de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Se pueden ver gratis y, aunque no tienen ningún tipo de barrera, lo mejor es no tocarlos para que se conserven mejor y durante más tiempo, aunque le mate la curiosidad de saber cómo se sienten al tacto.

Estas son las cuatro chilangas que vinieron del espacio y que viven desde finales del siglo 19 en el Palacio de Minería.

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