
Además, narra el exalumno, que las autoridades del campus condujeron a los elementos de la Marina donde había menos daños
Cuando apenas habían pasado cuatro horas del sismo del 19 de septiembre, maquinaria pesada entró al Tecnológico de Monterrey Campus Ciudad de México y comenzó a remover escombros, sin revisar si había sobrevivientes o cuerpos, comentó Leonardo Serrano, exalumno que participó en las labores de rescate.
“Se puso a funcionar inmediatamente: palas mecánicas y una pluma que empezó a jalar las estructuras. No habían llegado topos ni equipo termodinámico; nos constaba que había cuerpos enterrados”, comentó Leonardo.
“Los directivos estaban sentados en una esquina, esperando a que les llevaran noticias. Los alumnos fueron los que sacaron a tres chavos vivos desde abajo en la primera hora después del temblor. Me tocó cuando rescataron a otra chica”, narró. “Todo fue a puerta cerrada, no dejaban entrar a nadie que no fuera de la comunidad” agregó.

A diferencia de los protocolos en los derrumbes de la ciudad, donde la maquinaria actuaría hasta que se confirmara que no hubiera personas con vida entre los escombros, en el campus, de acuerdo con Leonardo Serrano, se actuó rápidamente con maquinaria.
Además, narra el exalumno, que las autoridades del campus condujeron a los elementos de la Marina donde había menos daños. Aproximadamente a las 17:00 h que empezaron a llegar los vehículos pesados.
“A todos lados llegó maquinaria el 19 de septiembre: del Valle, Roma, al Colegio Rébsamen, pero no la usaron hasta días después a excepción del Tec. Los protocolos internacionales marcan que la maquinaria pesada no debe usarse en las primeras 72 horas, hasta que se esté absolutamente seguro de que no hay vidas humanas”, comentó Leonardo.

“Les dije que no metieran la maquinaria, pero no me escucharon; hubo grúas y palas sin importarles que aún pudiera haber personas”.
Asimismo, una madre de familia del Tec comentó que a los padres de familia no los dejaron pasar a la zona del derrumbe.
Con información de Excélsior