
El portugués no oculta su incansable ambición por siempre ganar y ser el mejor
En el medio digital “The Players’ Tribune”, donde acostumbran escribir grandes deportistas, Cristiano Ronaldo dejó ver sus intimidades familiares y personales, revelando momentos poco conocidos de la vida del astro portugués.
Entre otras revelaciones, el delantero del Real Madrid confesó que cuando tenía 11 años se reconoció débil, pero talentoso. Por ello, decidió dar su máximo esfuerzo para ser el mejor.

Asimismo, el portugués no oculta su incansable ambición por siempre ganar y ser el mejor. “Lo es todo para mí. Creo que nací siendo así”, señaló el nacido en la isla de Madeira.
A continuación algunos fragmentos de la carta.
Empecé a soñar a lo grande. Cada vez más grande. Quería jugar en la selección nacional y en el Manchester, porque solía ver la Premier League por la televisión cada fin de semana. Me fascinaba la velocidad a la que se jugaban los partidos y los cánticos de los aficionados. El ambiente me ponía la piel de gallina. Cuando me convertí en jugador del Manchester, fue un momento de máximo orgullo para mí. Pero creo que lo fue más para mi familia.
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Hay un momento con mi hijo que va a quedar grabado para siempre en mi memoria.
Cuando lo recuerdo, me emociono.
Es el momento justo después de ganar la última final de la Champions en Cardiff. Acabábamos de hacer historia. Tras el pitido final, sentí que había mandado un mensaje al mundo. Pero entonces mi hijo entró al campo a celebrar conmigo… y la emoción cambió al instante. Él estaba corriendo de un lado para otro con el hijo de Marcelo. Agarramos el trofeo juntos. Y después paseamos por el campo de la mano.
Es una alegría que jamás había sentido hasta ser padre. Son tantas las emociones pasando al mismo tiempo que es imposible describir con palabras lo que sentí. Solo puedo compararlo con aquel momento en Madeira, cuando estaba calentando en el campo y vi a mi madre y mis hermanas juntas en la grada.

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Después de 400 partidos con el Madrid, ganar sigue siendo mi máxima ambición. Lo es todo para mí. Creo que nací siendo así. Pero la sensación cuando gano ha cambiado. Este es un nuevo capítulo en mi vida. Tengo un mensaje muy especial grabado en mis nuevas botas Mercurial. Está justo en el talón y es lo último que veo antes de atarme los cordones e ir hacia el túnel.
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Y es verdad, yo era muy flaco. No tenía músculo. Así que a los 11 años tomé una decisión. Ya sabía que tenía más talento que los demás. En ese momento decidí que también iba a trabajar mucho más duro que ellos. Ya no iba a jugar como un niño. Ya no me iba a comportar como un niño. Iba a entrenar con la convicción de que iba a llegar a ser el mejor del mundo.

En esta liga usted puede leer toda la carta.
Redacción