
Estudio señala que el planeta se ha “reverdecido” 36 millones de kilómetros cuadrados en 33 años gracias a gases de efecto invernadero
El incremento de los gases de efecto invernadero acumulados en la atmósfera es uno de los grandes desafíos que enfrenta el mundo en la actualidad. Algunos expertos, enmarcados en las investigaciones del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés), indican que dichos gases ya representan casi el 0.04 por ciento del aire que respiramos.
La cifra sería mayor si no fuera por la capacidad que tienen las plantas para atraparlo. Aunque, esto tiene un lado positivo, y es que, precisamente, los vegetales son de los más beneficiados por los altos niveles de dichos gases en la atmósfera.
De acuerdo con un estudio publicado el día de hoy en la revista Nature Climate Change, la Tierra ha ganado 36 millones de kilómetros cuadrados de superficie verde, el equivalente a tres veces la extensión de Europa, o 3.5 veces la de Estados Unidos, aproximadamente.

El estudio, en el que colaboraron investigadores de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), toma como referencia los últimos 33 años (en concordancia con el período que utilizan los especialistas en climatología para determinar las anomalías en el clima de algunas regiones). Los expertos señalaron que la biomasa terrestre ha aumentado en el 40 por ciento de la superficie de la Tierra, mientras que se ha reducido en solo el 4 por ciento.
Los científicos, en su investigación, relacionan principalmente este crecimiento a las altas concentraciones de dióxido de carbono, el cual es un potente fertilizante que se desconocía cómo había afectado a nivel planetario.
“Con este estudio, hemos podido atribuir el enverdecimiento del planeta al aumento de los niveles de CO2 atmosféricos provocado por el consumo de combustibles fósiles. Al haber más dióxido de carbono, las plantas han podido generar más hojas capturándolo de la atmósfera durante la fotosíntesis. Gracias a ello, el incremento de la concentración de este gas de efecto invernadero se ha visto frenado”, explica el científico del CREAF Josep Pañuelas.

El dióxido de carbono, señala el estudio, es el responsable de un 70 por ciento del enverdecimiento de la Tierra. Además, hay otros factores que propician el aumento de la biomasa: el cambio climático (en 8 por ciento), el nitrógeno atmosférico (en 9 por ciento) y los cambios de usos del suelo (en un 4 por ciento).
No son tan buenas noticias
No obstante, no es tan buena noticia esto. Los científicos han advertido reiteradamente sobre los efectos de la emisión de dióxido de carbono en la atmósfera. El cambio climático altera la temperatura global, el incremento del nivel del mar, el deshielo o la radicalización de las tormentas tropicales, también ayudan a la emisión de gases de efecto invernadero.
Así, el crecimiento de la biomasa vegetal debido al fertilizante carbónico tiene un techo. “El efecto del dióxido de carbono cada vez es menor a medida que las plantas van aclimatándose a este aumento”, asegura el experto.
Pero es que los vegetales también necesitan de otros recursos para crecer. La fórmula es sencilla: cuanta más biomasa, las plantas necesitarán también más agua y otros nutrientes, sobre todo el fósforo, ambos recursos limitados y vitales en el planeta.
Con información de El País