
David Sweat, que fue recapturado, reveló la forma en que logró su fuga, junto con Richard Matt, de un penal de máxima seguridad.
Cada noche durante varios meses, David Sweat se metía por un agujero que había cavado en la parte trasera de su celda a los túneles que corren debajo de la Clinton Correctional Facility en Nueva York, en búsqueda de una ruta de escape. Él sabía que nadie se iba a dar cuenta de su ausencia porque los guardias estaban dormidos.
Sus excursiones empezaron en invierno pasado y en la primavera encontró lo que se convertiría, tras horas de trabajo, en su escape subterráneo. Sweat reveló todos estos detalles, y más, a los investigadores que revisan su fuga, junto con otro reo, del pasado 6 de junio de este penal de máxima seguridad.
Esta es una historia de paciencia y determinación, pero también de negligencia por parte de aquellos que debían vigilarlo, de reglas y procedimientos ignorados, y de una cultura de complacencia por parte de los guardias de la prisión.

El recluso se escapó junto a Richard W. Matt, un asesino, que intercambiaba pinturas hechas por él por favores de los oficiales de la cárcel.
Sweat logró cortar un agujero en la pared de su celda y otro similar en la celda de Matt, y lo hacía entre las 23:30 h y las 5:30 h del día siguiente.
Tras la huida, Matt fue abatido el 26 de junio y David Sweat fue detenido dos días después. Desde entonces está fuertemente resguardado por agentes federales, y ha estado declarando sobre la forma en que logró fugarse.

Mientras tanto, el superintendente de la cárcel, dos directores y nueve oficiales han sido puestos bajo investigación y se les separó de sus funciones.
Este escape se parece, y mucho, a la película “The Shawshank Redemption” (Sueño de fuga), y el propio Sweat comentó que con Matt bromeaban al respecto.

Con información de The New York Times.