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Alertan por nueva modalidad de extorsión en Facebook y LinkedIn
Foto de internet.

El caso de un empresario catalán ha puesto de nueva cuenta en tela de juicio la vulnerabilidad a la que se expone todo usuario de redes sociales a la ocurrencia de ser víctimas de extorsión.

Así se ha reportado en diversos medios españoles el caso de Joan, un hombre que aceptó la solicitud de una persona desconocida en Facebook, sin pensar que eso podía cambiar su vida.

Alertan por nueva modalidad de extorsión en Facebook y LinkedIn - Facebook-Privacidad
Foto de internet.

El empresario reportó ser víctima de un “chantaje digital”, poniendo al descubierto una nueva forma de extorsión en redes sociales como Facebook, y en LinkedIn, bajo la amenaza de convertirlo en pedófilo ante todas sus amistades en la plataforma de más difusión del mundo. Y es que hoy en día, el enjuiciamiento en redes sociales es una bola de nieve que arrasa todos los aspectos de la vida del afectado.

De acuerdo con la Unidad de Investigación Tecnológica de la Comisaría General de la Policía Judicial española, las personas que se dedican a esto son fundamentalmente mafias nigerianas y senegalesas, quienes orquestan todo tipo de chantajes.

“Una chica francesa me contactó por Facebook, y yo pensaba que la conocía”, señala Joan. “Era un perfil muy normal, no uno de esos que ya notas que son raros, y acepté. Al cabo de un par de días se volvió a poner en contacto conmigo. Empezamos a charlar, y enseguida la conversación cambió, me dijo que era un chantaje, y que me iba a enseñar algo”. Explicó que no se encontraba preparado para lo que iba a pasar.

“Mil euros a mi cuenta”, le escribieron. “Me pasó un enlace a un video de montajes fotográficos donde aparecía yo masturbándome delante de pornografía infantil. Me quedé acojonado”, señaló. A Joan, acto siguiente, se le pidió más de mil euros que debía transferir a una cuenta en un país africano.

Cuando se negó, le advirtieron de que al día siguiente todas sus amistades de Facebook tendrían el video en su muro. Pese a la amenaza no cedió, y ellos tampoco. Decidió eliminar la nueva amistad en un viernes por la tarde.

Sin embargo, el sábado por la mañana comenzaron a llegar mensajes vía WhatsApp de sus amigos. “Joan, ¿qué está pasando? ¿Qué estás haciendo en Facebook?”.

Joan se dio cuenta que la “pesadilla digital” comenzaba a afectar su vida, descubriendo que se encontraba solo para hacerle frente. Se dio cuenta que la policía en España poco podía hacer. “Facebook es un gigante digital que te machaca si se vuelve contra ti”, señala.

“Habían duplicado mi perfil al 100 por ciento y habían vuelto a pedir amistad a mis amistades. Mucha gente no se dio cuenta, se preguntó qué habría pasado, pero aceptó, y automáticamente aparecían los montajes fotográficos en sus muros. Lo querían extender. Cuando te encuentras en esa situación te das cuenta de que Facebook no te hace ni caso”, indicó Joan.

Si bien no recuerda bien la secuencia de lo sucedido, Joan cree que ese primer perfil falso fue borrado por la red, pero el segundo, uno más que duplicaron, ya no. “Me dijeron que no contravenía su normativa, y ahí te das cuenta de que estás totalmente vendido. La Policía es demasiado lenta, y si hubiera esperado a que actuaran, hoy esas fotos estarían por todas partes”.

El agente Fernández lo corrobora: “Si una red social no quiere borrar un perfil, ni un particular ni la Policía puede conseguirlo. Sólo un juez puede lograrlo, a veces”. Facebook nunca le brindó un interlocutor de carne y hueso, y sus respuestas fueron siempre automáticas. “Pedimos a nuestros usuarios que usen su identidad verdadera. Pretender ser otra persona viola los procedimientos de nuestra comunidad, y retiramos los perfiles denunciados como suplantaciones”, es todo su comentario.

Joan decidió no esconder lo que estaba sucediendo, y el lunes siguiente, apenas 72 horas después de que comenzara todo, reunió a sus empleados y se lo contó. Avisó a todas sus amistades, les pidió que no aceptaran o cancelaran su amistad con la francesa y con el falso perfil, que intentaran quitar las fotos de sus muros. Logró frenar la bola, pero es una excepción.

“Hay que dedicarse totalmente a ello para poder tener una mínima opción de pararlo”, explica Manuel Ransán, experto en ciberseguridad del Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE).

De un tiempo a esta parte reciben llamadas solicitando ayuda a diario. “Sabemos de numerosos casos en LinkedIn”, cuenta. “Es una red que deja claro el puesto que tienes, y los delincuentes se fijan en gente que consideran tienen buena posición laboral y dinero, reputación, que no quieren que el chantaje salga a la luz y pagan”.

El procedimiento casi siempre es el mismo: se recibe una solicitud de amistad de una persona con un perfil profesional interesante, “siempre chica, y guapa”, puntualiza. “Se establece una conversación laboral, que transita a lo íntimo, y acaba en sexting (intercambio de mensajes sexualmente explícitos). Consiguen grabar las partes íntimas del futuro extorsionado en video, y después las cuelgan en Youtube”.

El funcionario policial se sincera: “Si te pasa algo así, puedes denunciar, pero el daño está hecho”. Y Ransán corrobora. “La legislación está desfasada respecto al mundo digital”.

Con información de ElMundo.es