
Las abejas africanizadas, también llamadas como asesinas, desde los años 90 han colonizado parte del sur de Estados Unidos, y causado la muerte de varias personas. Entre los incidentes destaca una pareja en Texas que fue atacada por un enjambre de 30 mil abejas, en el que uno de ellos fue picado 200 veces, y … Continued
Las abejas africanizadas, también llamadas como asesinas, desde los años 90 han colonizado parte del sur de Estados Unidos, y causado la muerte de varias personas.
Entre los incidentes destaca una pareja en Texas que fue atacada por un enjambre de 30 mil abejas, en el que uno de ellos fue picado 200 veces, y murieron dos caballos pequeños.
Unas semanas antes otro hombre murió al ser picado por 40 mil abejas.
De acuerdo a Jennifer Fewell, de la Universidad Estatal de Arizona, la subespecie es extremadamente sensible a la presencia de los seres humanos, por lo que es fácil perturbarlas y que ataquen.
Su veneno no es más peligroso que el del resto de las abejas, pero cada picadura libera una feromona que atrae a más abejas al ataque.
En ese caso, solo queda correr. Y no lanzarse al agua, porque las abejas estarán esperando a que salga a respirar.
Estas abejas se originaron en Brasil como parte de un experimento en que cruzaron abejas europeas con africanas, y los productos resultantes escaparon del laboratorio.
A pesar de su apodo de asesinas, se reportan 40 ataques al año, pero se ha exagerado lo dañinas que pueden llegar a ser. Solo atacan para proteger a sus colmenas y a la abeja reina.
Con información de BBC