
Al ejecutar una pieza musical, lo primero que pasa por la cabeza del director de origen ruso Vladimir Ashkenazy es hacer justicia a una de las expresiones más grandes de la creación humana, que es este arte. Así lo afirmó hoy en conferencia de prensa el aclamado conductor y pianista, director invitado de la Philharmonia … Continued
Al ejecutar una pieza musical, lo primero que pasa por la cabeza del director de origen ruso Vladimir Ashkenazy es hacer justicia a una de las expresiones más grandes de la creación humana, que es este arte.
Así lo afirmó hoy en conferencia de prensa el aclamado conductor y pianista, director invitado de la Philharmonia Orchestra, de Londres, quien añadió que, por lo tanto, su interés es transmitir esa idea a los músicos bajo su batuta, con la esperanza de que ésta sea recibida.
Vladimir Ashkenazy se encuentra en México para ofrecer dos conciertos al frente de una de las más prestigiosas orquestas del orbe, el primero esta noche en el Centro Nacional de las Artes (Cenart) y el segundo el martes 9 de septiembre en el Auditorio Nacional.
Acompañado por la violinista estadounidense Esther Yoo y los directores del Cenart, Ricardo Calderón, y del Auditorio Nacional, Gerardo Estrada, entre otros, Ashkenazy consideró que, aunque podría estar equivocado, la humanidad se encuentra en el límite de la era de lo que se hace llamar buena música.
Explicó que si la buena música, seria, de concierto o clásica empezó aproximadamente en el siglo X u XI, en la actualidad se está en el horizonte de como la conocemos, después ya no será lo mismo.
Sin embargo, añadió siempre con la advertencia de que pudiera equivocarse, si pudiera alargarse esa etapa final, él sería feliz de verlo, al tiempo que comentó que siempre será bueno apoyar la buena música.
Al hablar del valor que tiene la música, puntualizó que si se considera lo que el hombre ha logrado producir, no importa si es mucho o poco, hay grandes pensadores que señalan que ese arte es la empresa más prodigiosa que existe en la historia de la humanidad.
“Expresa de hecho algo para lo que no podemos encontrar las palabras correctas, nos eleva a un nivel más alto de existencia”, dijo al comentar apoyado por una traductora que hay muchos ejemplos de personas que han mejorado su vida gracias al toque que recibieron de la música.
En su oportunidad, la joven violinista estadounidense Esther Yoo, quien compartirá el escenario con el también pianista brasileño Nelson Freire, habló de la interpretación que hará del “Concierto para violín y orquesta en Re Menor, Op. 35”, de Piotr Illich Chaikovsky.
Si bien es una de las piezas más interpretadas a nivel mundial, apuntó, y por lo tanto conocido, a ella le gusta tocarlo porque le permite expresar lo que siente, porque a través de esta pieza encuentra más fácilmente las formas de manifestar sus emociones.
Asimismo, dijo que se siente afortunada de ser dirigida por Ashkenazy, a quien admira desde que era una niña, a lo que el director invitado apuntó que para él también es un orgullo compartir escenario con Yoo, quien es muy honesta y correcta al ejecutar este concierto, lo que no es común.
Con más de 70 años de trayectoria musical, una discografía que supera los mil títulos y una historia distinguida por la presencia de directores como Richard Strauss, Herbert von Karajan y Lorin Maazel, la Philharmonia Orchestra de Londres es considerada una de las cinco orquestas con más prestigio en el mundo.
La agrupación fundada en 1945 por Walter Legge, ejecutará en su visita a México obras como la Obertura de la ópera “Ruslán y Liudmila”, de Mijaíl Glinka, y el concierto mencionado y la “Sinfonía No. 5 en Mi Menor. Op. 54”, de Chaikovsky.
Con información de Notimex